lunes, 24 de julio de 2017

Cáceres y "La Encamisá"


No con el deseo de enmendar planas a nadie, sino con el de aportar una nueva idea al motivo de celebrarse en Torrejoncillo esa fiesta insólita que es “La Encamisá”, quiero expresar mi teoría sobre ella, porque estimo se relaciona bastante más con un hecho de armas ocurrido en nuestra tierra que con una batalla ocurrida fuera de ella, en la que estuvieron los torrejoncillanos. Cierto que no hay documentación que aportar a esta teoría, pero como yo creo que está muy ligada a la reconquista de Cáceres, voy a contársela —como yo la veo— a cacereños y torrejoncillanos.
A mi modo de ver, la “Encamisá” se relaciona con la última reconquista que se hizo en Cáceres, allá por 1227 o 1229 (porque tampoco en esto están muy de acuerdo los autores). Yo pienso que la reconquista que el Reino de León venía haciendo para saltar la barrera natural del Tajo incluía el poner todas las plazas fuertes y castillos que había en sus inmediaciones al norte, para después saltar sobre Cáceres, al sur, y continuar hacia Badajoz. Esta reconquista hubo de ser lenta y, de tradición, el rey leonés solía montar su puesto de mando en Coria, rescatada ya a los moros y hasta existen documentos fechados allí. La vanguardia de esta penetración debería estar en Torrejoncillo, siendo el obstáculo para saltar al Tajo dos castillos: el de Portezuelo y el de Alconétar, pero el verdadero “hueso” era el primero, muy próximo a Torrejoncillo (cuyo nombre indica también otra torre o castillo). Es posible dado la fecha en que se realiza, que aprovechando una nevada —no tan rara en diciembre en nuestro suelo—  esa vanguardia se dispusiera a aprovecharla para —camuflados— sorprender a los moros que guarnecían el Portezuelo y realizar así una acción nocturna, que es sin duda la que reseña la actual fiesta. A estas tropas había que enardecerlas para la acción y entregarles el estandarte que había de conducirlas, cosa a la que sin duda se refiere todo el acto de la “Encamisá”, que es la entrega de este estandarte para realizar una acción guerrera aprovechando la nieve y lo inhóspito de una noche en la que no se espera al enemigo… Lo demás es fácil de imaginar: se toma Portezuelo y posiblemente Alconétar y quedan las puertas abiertas para una futura acción que entrañe la toma de Cáceres, verdadera llave para tomar las tierras del sur del Tajo… Una tradición así, en la que hubo de intervenir todo el vecindario de Torrejoncillo, no suele olvidarse y arraiga en la tradición bastante más que otra ocurrida en Pavía, en la que estuvieran unos cuantos torrejoncillanos… ¿Qué tampoco esta puede ser la verdad?, posiblemente, pero pienso que debe aproximarse mucho.
Diario HOY, 10 de diciembre de 1981

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