Yo no sé si en esto de lo industrial en Cáceres hemos ido hacia atrás,
como los cangrejos.
Me explicaré. Resulta que tengo un informe de las fábricas o “industrias” (aún así entrecomillado) que
funcionaban en Cáceres en 1828. Tenemos que hacer la salvedad de que aquel
Cáceres tenía un total de 1.818 vecinos, con la condición de tal y 6.412
habitantes que se repartían en 3.167 varones y 3.245 hembras.
Bien, pues en este Cáceres pequeñito funcionaban, nada menos, que 32
fábricas que daban trabajo a muchos de esos habitantes de que hablamos.
Había una fábrica de sombreros que se vendían en Sevilla y Ávila; seis
telares de paños, bayetas y lanas; un tinte, dos batanes; una fábrica de
curtido de suelas, cordobanes y valdés, que trataban las pieles procedentes de
las carnicerías de aquí y otras llegadas desde Lisboa; cinco molinos de
chocolate; tres cererías; cinco jabonerías de blanco; dos cordonerías o
cordelerías que trabajaban el cáñamo que llegaba de la Mancha y Valencia; una
fábrica de loza para el fuego y loza basta; pero lo más importante eran tres
lavaderos de lanas —referidos sólo a la capital, ya que había otros en la
provincia— que ocupaban a 180 trabajadores y beneficiaban cincuenta mil arrobas
en el año. La lana procedía de Trujillo, Badajoz, La Serena, Mérida y Alcántara, tenía su salida al extranjero por Badajoz,
Sevilla, Bilbao, Santander y Vitoria, precisamente, esta industria dio gran
incremento a otra —inducida— como era la arriera.
Como puede verse, se trataba de un gran movimiento “industrial” (aunque sea así,
entrecomillado) para sólo 6.412 habitantes que era con los que contaba el Cáceres
de aquel entonces. Las cosas ahora han cambiado en cuanto a número de vecinos y
en cuanto a los montajes industriales pero, así y todo, proporcionalmente ahora
tenemos menos fábricas que entonces.
Diario HOY, 15 de diciembre de 1983
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