miércoles, 28 de junio de 2017

Cinturón de subdesarrollo


El que haya visto en Televisión el mapa que salió referido a  las provincias españolas que exportan energía eléctrica, y que por tanto van a recibir el canon compensatorio correspondiente, se habrá dado cuenta que la mayoría son las provincias que, como la nuestra, forman el “cinturón  de subdesarrollo” a lo largo de toda la frontera portuguesa. Se ha dicho en alguna ocasión que esto se hizo, años atrás, de una forma intencionada, o sea, que determinadas provincias o zonas de la geografía española se destinaran a ser en las que se volcara el desarrollo y las grandes industrias, y otras, como la nuestra, se destinaban o condenaban a ser las que se empobrecieran en beneficio de las demás. La nuestra es un caso clarísimo y único, porque se nos llevaron hasta el agua del Tajo. Se llegó a decir más, puesto que se afirmó que no se debería enriquecer con industrias a estas provincias de la raya portuguesa, por el agravio comparativo que podría suponer para el país vecino. Yo no paso a creer tanto maquiavelismo, pero hay algo real, y es que estas provincias, y Cáceres entre ellas, quedaron para “los descartes” del juego de naipes nacional, donde no nos llegaban más “naipes” que los que las demás desechaban. Ahí está la cárcel que nos “regaló” nuestro paisano Ortega y Díaz Ambrona, cuando fue ministro de Justicia, y algunas otras cosillas más, aunque justo es reconocer que, quizás como equilibrio, ahora —cuando es ministro de Educación— nos ha regalado también un programa de construcciones escolares que viene a compensar aquel primer regalo.
Pero en fin, volviendo al tema, hay que reconocer que todos vamos a pagar ese cinco por ciento en el recibo de la luz, y es justo que llegue a las provincias que la producen en beneficio de otros, por lo que esta subida la hemos de estimar como justa, porque ojalá fuéramos nosotros los que pagáramos ese cinco por ciento y se lo llevaran Cataluña y Vasconia, porque eso sería señal de que las industrias consumidoras de energía estaban aquí y no allí, como están ahora.
Juan Rovira ha hablado en alguna ocasión de los distintos “techos autonómicos” y yo estoy de acuerdo con él, en el sentido de que los “estadios de desarrollo” son distintos en las regiones españolas. Lo que habrá de tratarse es de achicar diferencias y no se dé el caso de que mientras determinadas zonas nacionales viven en el siglo XXI, otras no hayamos pasado del paleolítico.
Diario HOY, 30 de abril de 1981

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