miércoles, 7 de marzo de 2018

Perder la ocasión


Si todo va bien, en el pleno ordinario de hoy tomará posesión de su cargo de concejala del grupo socialista, Ángela Jiménez Rumbo. Ángela Jiménez figuró con el número once en la lista de la candidatura municipal socialista, pero no con su verdadero segundo apellido, sino como Ángela Jiménez Rubio, aunque el error no tuvo valor ninguno, ni se aclaró, ya que la aspirante no estaba entre los nueve primeros que alcanzaron concejalía y quedó, como suele decirse en términos deportivos, en el banquillo, esperando la ocasión de que le llegara, “de rebote”, el momento de ocupar un escaño municipal.
Así es como Ángela va a alinearse con sus compañeros concejales del grupo socialista; por puro rebote o por pura “chiripa”.
Mutismo total
La marcha de José Alvarado Grande a más alto cargo, dejó vacante un puesto de concejal que le hubiera tocado ocupar a Pedro Antonio Aparicio Jabón, que es el que seguía en lista al último concejal socialista elegido y electo, Lucio Campos. Pero como Pedro Antonio no ha querido “alinearse”, por razones que ya hizo públicas en su momento, “la pelota” del cargo le ha pasado de rebote a Ángela Jiménez Rumbo. Este medio informativo hubiera querido presentar a ustedes, antes del evento de esta tarde, aunque sólo fuera para darles a conocer su “currículum”. Pero Ángela se ha negado en redondo y ha quedado dicho, a quien la ha buscado, que no hará declaraciones antes de su toma de posesión.
Ni que decir tiene que respetamos la decisión de la futura concejala, aunque pensando que ha perdido una buena ocasión de ponerse en contacto con sus electores. Cuando pase el evento de su toma de posesión, serán sus méritos como gestora —si los alcanza— los que moverán a los medios informativos a interesarse por ella. Ya veremos si Ángela sabe ganarse ese mérito a pulso.
Diario HOY, 12 de noviembre de 1987

No olvidar los hoteles


No es tiempo ya de discutir si hacen falta o no plazas hoteleras en Cáceres, porque todos estamos convencidos de ello. Aunque algún industrial del ramo —por esa lógica de no tener competencia— negará hasta el final que eso era así. Ahora nadie lo duda y todos los cacereños sabemos que no es sólo los días de jura de bandera en el CIR cuando no se encuentra una plaza de hotel en la ciudad, ni los largos “puentes”, como este de la Almudena que nos ha llenado de turistas madrileños la ciudad.
Hemos de reconocer que una cosa que ha influido en la mayor afluencia nacional de turismo ha sido la afortunada designación de Cáceres como Patrimonio de la Humanidad y, todo hay que decirlo, el interés que la Diputación y su patronato de promoción del turismo, “El Carvajal”, han tenido en airear en el exterior ese suceso, promocionando una serie de visitas y suscitando un interés general hacia Cáceres.
Pero en esto suele pasar como con el huevo y la gallina, o como con el coche y los caballos. Hay que hacer las cosas al unísono o acabarán viniéndosenos abajo. Es magnífica la labor de promoción que se viene haciendo a todos los niveles para centrar la atención de la gente en Cáceres y abrir las apetencias de visitar la ciudad, pero a la par no hay que olvidarse del asunto de esas plazas de hotel, de que tanto se habló. Y que a nuestro juicio, es cosa que va muy lenta. No sólo el pequeño parador de la Ciudad Monumental, sino las promociones particulares de hoteles.
Mucho se ha hablado, pero que sepamos, hasta ahora no se ven más que palabras.
Diario HOY, 11 de noviembre de 1987

A modo de simple recuerdo


En Extremadura hemos quedado para “los descartes” de la baraja nacional que juegan otras comunidades y otros políticos, al parecer (y no quiero hacer juicios de valor, más que por los resultados) más avispados que los nuestros. El sufrido ciudadano extremeño, o el cacereño al menos, que paga iguales impuestos que sus convecinos de otras comunidades, que ve que se le acerca (como en una película de miedo) el fantasma de Hacienda acogotándole año tras año, cuando él tiene mucho menor poder adquisitivo, comprueba con desilusión que en otras comunidades más agraciadas que la nuestra comienza a hablarse ya de la concesión de canales privados de televisión, bajo las normas que sean —que eso no importa— mientras en nuestra comunidad seguimos en el paleolítico de la televisión, sin que los equipos que nos gobiernan levanten una sola voz de protesta por ello. Es curioso que los que han tenido que levantar la voz hayan sido los industriales del ramo de reparación de estos aparatos, para no cometer la “estafa” de seguirlos arreglando, cuando todo lo que tienen es que aquí no llega “señal” suficiente de televisión.
Menos señal y en peores condiciones
Mire usted —nos decía uno de ellos—, aquí llega menos señal y en peores condiciones que la que debe llegar al interior de las más intrincadas selvas amazónicas.”
Pero no es sólo eso, es que nuestros gestores (si los tenemos) no se ocupan más que de “chorradas” (y perdonen la frase), sin que aún hayan logrado todavía que se instale el centro de televisión de Extremadura, siendo la nuestra una de las pocas comunidades que carecen de él y una de las primeras que comenzó a gestionarlo.
Que se dejan de empecinamientos particulares
No queremos hablar de la RENFE y otros abandonos, sino recordar a los que mandan en Extremadura que se dejen de empecinamientos particulares y hagan algo positivo por la comunidad que les dio el mando y el sueldo que disfrutan.
Diario HOY, 7 de noviembre de 1987

La picaresca del limpiacristales


Los incidentes se veían venir, porque a nadie se le puede obligar a pagar un servicio que ni acepta ni solicita.
Resulta que unas familias gitanas han montado la forma de sacar un dinero limpiando los parabrisas de los vehículos que paran, obligatoriamente, en el semáforo que rige la confluencia de la Avenida de las Acacias (o de Guadalupe) con la carretera de Salamanca (o calle Gil Cordero). Si el servicio se prestara y aceptara voluntariamente, no habría nada que decir. Lo malo es que el joven gitano que lo realiza, sin andar consultando nada al propietario del vehículo, lo primero que hace es mancharle con agua sucia el parabrisas y preguntarle después si se lo limpia. Ni que decir tiene que en la mayoría de los casos el “servicio” se acepta a regañadientes y porque, ya que te han manchado de entrada el cristal, que al menos lo limpien. Pero otras veces, esto de que te tomen de “pardillo”, le molesta a uno, pues no se ofrece el servicio según la suciedad del cristal, sino que si treinta veces pasas por ese sitio, treinta veces te embadurnan el cristal de agua y casi “te obligan” a que les pagues por limpiarlo. Y si te niegas a pagar, aparte de los insultos al conductor, la “troupe” la emprende a patadas y golpes con el vehículo. Esto tenía que acabar mal alguna vez y terminó en un altercado entre un conductor y el joven “limpiacristales” Antonio Jiménez Silva. Tras el enfrentamiento terminaron en Comisaría. Ni que decir tiene que la Policía Municipal confirmó todos los extremos que indicamos y hasta señaló que es habitual recibir quejas de la actuación de esta familia “calé” que han montado un picaresco servicio que no debe tolerarse.
Bien está el ofrecer un servicio, pero el “cliente” debe tener la libertad de rechazarlo o no, libremente, y sin presiones
Diario HOY, 6 de noviembre de 1987

El "spaguetti" de Macarrón


(Incluida en el libro “Ventanas a la Ciudad”)
Hay que ver la cantidad de pólvora en salvas que gasta nuestro Ayuntamiento; dicho de otro modo: podríamos publicar  un tomo, tan grande como un número del Espasa, con la cantidad de asuntos aprobados en su día y de los cuales sobre todo si ha habido cambio de Corporación nunca más se supo.
Uno de estos temas manoseados hasta la saciedad fue el “museo de la Torre de Bujaco”. Un museo de la ciudad  que sería como la Torre de Londres cacereña, en el que se podrían contemplar los objetos verdaderamente importantes de la ciudad. Algo así como la sala de banderas que siempre hubo en el Ayuntamiento y en la que se expusieran, con ciertas seguridades, piezas realmente curiosas: Los Fueros y Privilegios dados por Alfonso IX de León a la ciudad; la llamada piedra fundacional romana de la Colonia Norba Cesarina que ahora figura empotrada en una de las paredes del despacho del alcalde;  el genio de la colonia, conocido por diosa Ceres; el pendón de San Jorge, que es la bandera militar más antigua de España, acompañada de otras tantas enseñas que ondearon sobre las tropas municipales cacereñas en las diversas guerras que intervinieron; la espada del general Ezponda y un montón de recuerdos más de la historia de la ciudad, ahora dispersos y que podrían verse de una sola vez.
La idea era bonita; lo malo fue que la seguridad y el decorado se encargaron a un tal Macarrón y aquello resultó un “spaguetti” que no hay quien trague. Ahora la Comisión de Gobierno ha decidido desistir  de la idea, sin más consultas y sin más explicaciones. Pienso yo, como simple vecino, que si una Corporación es heredera de otra y aquélla nos puso así la cabeza con el “museo del Bujaco”, ésta debiera explicar el porqué no lo hace, dando unas razones más convincentes que las de no haber parido ellos la idea.
Diario HOY, 5 de noviembre de 1987

Donde dije digo…


Donde dije digo tengo que poner Diego, pero es esta una rectificación que confieso hago con verdadero gusto: Las ocho hermanas de la Comunidad de “Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl” que hace un montón de años rigieron el colegio “La Inmaculada”, que desaparece por fusión con el hogar “Julián Murillo” no se marchan, sino que quedan como comunidad en dicho hogar.
La precisión nos la vinieron a hacer el director de la “Inmaculada”, Santos Benítez Floriano, y el director del “Julián Murillo”, Francisco Caballero Portillo, a los que agradecemos sus aclaraciones, porque lo cierto y verdad es que de no habérnoslo aclarado ellos no lo hubiéramos sabido, ya que en el pleno de la Diputación no se hizo mención especial a dicha comunidad, y como en otros centros dependientes de este organismo ya había habido despidos a otras comunidades, nosotros nos pusimos en lo peor.
En este caso, afortunadamente, la Diputación tiene un contrato colectivo con la Comunidad hasta el año 1993 y las monjas van a continuar en el nuevo colegio, como lo estaban ya en “La Inmaculada”. ejerciendo funciones educativas hasta ese año por lo menos, puesto que desde hace seis dirigen el centro profesional de la educación de laicos, estando las ocho hermanas incardinadas también en esa función educativa.
En la nueva instalación pasarán a ocupar una zona preparada especialmente para la comunidad en la que se encuentran francamente a gusto y contentas. Nos complace aclarar, en honor de la verdad, todos estos extremos, y como aquella “ventana” la titulamos “Llanto por un colegio”, diremos que han enjugado nuestro lloro, lo que nos agrada, y el llanto queda sólo para el abandono del edificio, pero sin ninguna lágrima —afortunadamente— por la marcha de la comunidad.
Diario HOY, 3 de noviembre de 1987

martes, 6 de marzo de 2018

Un indudable retroceso

La afición de los cacereños por la aviación parte quizás de los comienzos de  la misma, cuando allá por 1912 nuestro Ayuntamiento solía contratar al piloto francés Henry Tisier para que hiciera demostraciones en las ferias o grandes acontecimientos. Muchas historias podría contarse al respecto, pero recogiendo sólo “botones” de muestra, diremos que en 1913, concretamente en agosto, el monoplano “Morán” sobrevoló y aterrizó en Cáceres, en vuelo de pruebas. En vuelo directo desde París llegó a Cáceres Gibert, un denodado piloto que con ello logró ganar los 60.000 francos y la copa del premio “Pomery”, que había elegido a nuestra ciudad como uno de los polos de la prueba. El avión del conocido diputado Juan Vitórica, pilotado por él mismo, era habitual en el Cáceres de 1918, donde venía con frecuencia para realizar sus campañas electorales, en las que derrochaba el dinero a raudales.
Con ello queremos decir que el viejo campo de aviación se utilizaba ya habitualmente casi desde principios de siglo, pero fue en 1920 cuando un grupo de avionetas participantes en la Vuelta a España lo utilizó de una forma oficial, como lo hicieron en el 12 de junio de 1925 tres escuadrillas de la base de Getafe, que formaban 15 aviones y que permanecieron aquí, para saltar a Lisboa y regresar después, unos cuantos días. La conversión en militar de este campo de aviación se realizó en febrero de 1927, siendo instalados hangares, depósitos y otros elementos. En la contienda civil de 1936 fue uno de los aeródromos más utilizados, existiendo en él una escuela de pilotos. Ahora continúan utilizándolo, en precario, los aviones ultraligeros y se nos anuncia que “La Cervera”, que le sustituiría, es posible no se realice. Uno se pone a pensar que, de ser así, va a resultar que en aviación estábamos mejor servidos en Cáceres a principios de siglo que lo vamos a estar ahora. ¿Quién tiene la culpa del retroceso?.
Diario HOY, 2 de noviembre de 1987

Llanto por un colegio


(Incluida en el libro “Ventanas a la Ciudad”)
El Colegio de “La Inmaculada”, hogar-residencia que regían y rigen unas monjas ejemplares por cuyas maternales y amorosas manos han pasado generaciones y generaciones de niñas y niños que hoy las tienen como casi su única familia, va a desaparecer. Ya lo acordó ayer la Diputación Provincial, que es la que lo mantenía, y la casa de Los Perero, palacio de la ciudad monumental que ahora alberga a este colegio y a la comunidad que lo rige, va a quedar vacío para que la Diputación lo dedique a otros menesteres no decididos aún.
La Inmaculada” va a perder hasta el nombre aunque las personas que allí residen pasarán a engrosar el Hogar Infantil “Julián Murillo”, con instalaciones sin duda más modernas y capaces que el viejo palacio de la ciudad monumental, pero no sé yo si tan entrañables.
Posiblemente la vida actual va por otros derroteros y todo lo que no pueda medirse o pesarse, como puede ser el afecto de una comunidad religiosa o el amor vocacional al servicio de Dios y del prójimo, son cosas que resbalan. Es más fácil de controlar y nos pone menos nerviosos el que los trabajadores fichen a la entrada y a la salida y no anden mezclando afectos o vocaciones religiosas con labores puramente técnicas y profesionales.
Ya se dio el caso, casi igual, con las monjas que en tiempo pasado rigieron algunas de las atenciones del Hospital y que terminaron marchando, no sé si con el agradecimiento de los servicios prestados, reflejado en algún papel de oficio. Yo no sé si las hermanas de la Inmaculada, las que rigieron aquello, se van o no con pena, ni si alguien les ha pedido su opinión. Pero la mía, que doy sin que nadie me la pida, es que merecen al menos algo más que un oficio agradeciéndoles sus servicios.
Diario HOY, 31 de octubre de 1987

La ley del embudo


En España tenemos por costumbre el admitir que todas las administraciones que nos gobiernan y nos han gobernado son menores de edad y, los menores de edad, no suelen asumir sus compromisos o si lo hacen, será, como dice el refrán, “tarde, mal y nunca”. Ahora resulta que los jefes de los silos del SENPA le han ganado a la Administración unos pleitos por los que la dueña de las ventanillas está obligada a pagar a esos trabajadores algo así como 300 millones de pesetas. Pero no los paga, aunque la sentencia es del año 1979, y la Audiencia Territorial la declaró incumplida en el 1987, Cerca de 90 personas están esperando ese dinero y la Administración sigue remoloneando para no hacerlo efectivo.
Debemos llegar a la conclusión de que nuestras administraciones suelen ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Si un contribuyente, pongamos a la Lola Flores (que es un caso sonado), deja de pagar a la Hacienda, se le embarga y se la persigue hasta que paga, o va a la cárcel. Pero si la Administración (en la que se incluye también Hacienda) pierde un pleito y una sentencia la obliga a pagar 300 millones, puede estarse años sin pagarlo y sin que suceda nada. No quiero defender a Lola Flores (que pienso que , como los demás, debió pagar a su tiempo), pero sí decir que el ejemplo debe comenzar por la propia Administración. Y no suele ser muy ejemplar, que digamos, el perder ante la justicia oficial y propia, con condena a un pago, que se ignora durante años.
Si la caridad bien entendida comienza por uno mismo, la justicia bien entendida también ha de comenzar por la propia Administración, si es que hay ley. El hacer lo contrario, es simplemente aplicar la ley del embudo.
Diario HOY, 30 de octubre de 1987

Tente mientras cobro


En nuestro país hemos venido practicando demasiado tiempo el “tente mientras cobro”, como para que podamos desterrarlo de nuestras relaciones en un momento, Y como para que lo tomen en serio y lo corrijan las muchas sociedades que se dicen defensoras del consumidor, que sólo han surgido para crear una burocracia inútil más, con beneficios para los que integran sus cuadros directivos, pero sin ninguno para el indefenso consumidor que, en España, sigue teniendo minoría de edad y nadie le respeta. Es triste, porque consumidores somos todos. Pero el hecho real es que si un consumidor tiene una reclamación que hacer, aunque recurra a alguna de estas asociaciones, tras del poco caso que le hacen, se encuentra más solo que la una, con lo que el único camino —lento camino— es la reclamación judicial, que ya existía antes que las mencionadas asociaciones.
No importa que el fraude sea tan de bulto como para que todos lo comprendan. El consumidor, por muchas razones que le asistan, tendrá que emprender el largo, complicado, caro y lento camino de la justicia ordinaria, Pero solo y sin la compañía o el estímulo de esas inútiles (aunque vistosas) asociaciones de consumidores.
Uno de los fraudes más al uso, es el de la construcción. No decimos que todas las constructoras defrauden, pero sí que muchas de las que se dedican a hacer viviendas, por la apetencia que hay de ellas, y la poca inspección que ejercen quienes deberían hacerlo, dan gato por liebre al más pintado. Como, parece ser, sucede con inmuebles de la calle Dionisio Acedo y con tantos otros más. Da la impresión de que se ha puesto de nuevo de moda el viejo bolero titulado “Mi casita de papel”. Aunque lo malo es que cobran las casitas como si sus muros y materiales fueran de oro. Así se forran muchos y las asociaciones de consumidores en congresos o reuniones que tratan de hacer mala filosofía de cada caso.
Diario HOY, 29 de octubre de 1987

Las prisas de los políticos


Las cosas que se hacen con precipitación acaban dando lata y teniendo que ser rematadas mucho tiempo después, Esto es lo que pasó con los accesos a Cáceres por la carretera N-630, en su tramo de Mérida, que tras llevar muchísimos años hechos y casi olvidados ahora, tiene que acometerse el remate de lo que hace años no se hizo, por las precipitaciones políticas de entonces, que no son las mismas que las de ahora, pero en algunos casos se le parecen mucho.
El comentario nos surge al saber, por boca del actual alcalde Carlos Sánchez Polo, que con una gran excavadora que hay en Cáceres, se acometerá el desdoblamiento de ese tramo, que debió hacerse hace muchos años, pero que no se hizo por lo que ahora vamos a contar.
La cosa sucedía por los años setenta, aunque soy hombre de mala memoria para las fechas. Se había acordado mejorar los accesos por carretera en todas las entradas, desdoblando las calzadas para más comodidad y vistosidad. Se había encargado de dirigir las obras al ingeniero Juan Manuel Romo Domínguez, cuyo buen quehacer de aquel entonces no puede discutirse, porque ahí está la obra aguantando años y años, sin que haya habido que modificar ni un sólo tramo. Pero al llegar a los accesos de la carretera de Mérida, cuyo proyecto de desdoblamiento se contemplaba hasta el antiguo campo de aviación (hasta donde se hará ahora), surgió el inconveniente de que los depósitos de “Campsa”, continuaban en la vieja estación y con un tramo de ferrocarril (que sólo utilizaba el monopolio) hasta la  estación nueva, que impedía el arreglo de la carretera, ya que la cruzaba en un paso a nivel, con lo que la obra quedó allí detenida. Entraron las prisas de su inauguración, que haría el entonces príncipe Juan Carlos y al ingeniero se le ordenó dejarlo como estaba. Y así continúa.
Ahora, desaparecido el inconveniente, se hará un tramo que debió estar hecho hace años.
Diario HOY, 28 de octubre de 1987

Entrenadores políticos


A la vista de lo que le viene sucediendo al Club Polideportivo Cacereño y a otros muchos clubes que promocionan popularmente el deporte del balompié, se me ocurre a mí que podríamos traspasar los resultados a la política y a lo mejor “inventábamos” una mejora en las relaciones populares de nuestros políticos. No, no voy a hablar de fútbol, como alguno habrá pensado, sino más bien de las consecuencias que las experiencias futboleras pudieran tener en un mejoramiento de la política
Nadie duda a estas alturas de que las consecuencias de lo que le viene pasando al Cacereño no son de imputar a su antiguo entrenador Pepe Bizcocho, al que no tengo el gusto de conocer personalmente, por lo que no se me puede tildar  como partidista. Digo que no son de imputar, porque el tal entrenador —como muchos otros— sólo sirvió de “cabeza de turco”, de hombre pararrayos o chivo expiatorio, como prueba el que, también sin él, el Cacereño sigue en picado. Pero los entrenadores saben lo que se juegan y lo aceptan con resignación y humildad. Ellos saben que si el equipo sube, los parabienes serán para la directiva y su presidencia, y si baja, ellos son los primeros que tienen que ofrecerse como víctimas, para contentar a la afición. Pues bien, yo propondría que al igual que en los equipos de fútbol hay un entrenador al que echarle las culpas, en los equipos de políticos debiera haber otro, con las mismas prerrogativas de recibir los insultos y la indignación del público, quedando a salvo el mal quehacer de los “jugadores”, que en este caso serían los políticos de turno, que seguirán equivocándose a sus anchas, tras de haber expulsado al entrenador y tener otro al que expulsar en su próximo traspiés.
Imagínense la serie de entrenadores que hubieran resultado expulsados a cuenta de “Valero” o de otros muchos “affaires” que han sido “goles” colados al equipo político.
Diario HOY, 27 de octubre de 1987