miércoles, 28 de febrero de 2018

No se puede frenar de golpe


No es fácil variar de criterio de la noche a la mañana y pasar de la permisividad a la aplicación estricta de las normas, caiga quien caiga. Esta es la prueba por la que parece tiene que pasar nuestra nueva y flamante Corporación municipal, tras haber tenido una antecesora, durante cuatro años, que prefirió no sancionar a nadie, aunque se transgredieran las normas de continuo. Sucede esto con las zonas ruidosas de “Cáceres la nuit”, principalmente con La Madrila y alrededores, donde no existe hora de cierre de los establecimientos (y si existe no se cumple) y donde los jóvenes clientes de cada noche no se recatan de hacer todo el ruido que pueden, beber en la calle, aparcar los vehículos como quiera y pedir al tabernero de turno que ponga la música lo más alta posible, para divertirse viendo protestar a los vecinos y a los municipales ir y venir, sin que nadie haga caso a sus peticiones y denuncias.
El asunto está de tal forma, que puede compararse con un vehículo lanzado a una velocidad de más de 200 kilómetros-hora, al que se le quisiera parar de un frenado. La permisividad ha sido tanta y a todos los niveles que, entrar en la norma (no en cintura) a establecimientos y clientes demandados, llevará lo suyo. Porque, además, todo es relativo y se están tolerando cosas peores, sin que nadie se escandalice. Nos lo decía el jefe de la Policía Municipal: “Si uno de nuestros policías sorprende a un ladrón (presunto, claro) robando en el interior de un coche, le coge con las manos en la masa, se “la juega” en el forcejeo para detenerle, le lleva a Comisaría, donde le toman declaración y lo sueltan, por muy grande que haya sido el robo. Se ve el juicio y, como alega que está parado, el juez le pone en la calle, donde va a seguir robando, ¿con qué fuerza moral, el mismo policía, detiene a nadie, porque de voces en la calle?”.
Diario HOY, 12 de septiembre de 1987

Primero, arreglar la casa


Pienso que toda esta promoción turística que quiere hacerse de nuestras ciudades y de Extremadura en general, pasan por una serie de condicionantes de las que nos estamos olvidando. Digo esto porque ayer el nuevo consejero de Transportes y Turismo de la Junta de Extremadura visitó a nuestro alcalde en su despacho y, aunque se dijo que la visita era privada y de simple amistad, se dejó traslucir la promoción turística de Cáceres, única ciudad extremeña que ostenta el título de “Patrimonio Mundial” y que, con Mérida y alguna otra ciudad de nuestra región, pueden ser las que se acareen el turismo mundial que tanto estamos necesitando.
No es ajeno a ello el Parador que se está montando en Cáceres y aún la mejora de los transportes por carreteras a estas y otras ciudades extremeñas. Puestos a incluir, incluiremos el camping de primera categoría que se hace en las inmediaciones de Cáceres, pagado por la Diputación y que se pondrá a disposición de nuestro Ayuntamiento.
Todo esto está muy bien y no habrá ningún extremeño que no lo aplauda, pero hay una serie de condiciones previos que tenemos que solucionar antes de que el turismo, el poco que ahora nos visita, deje de venir por la mala, malísima, fama que están tomando muchas de nuestras ciudades en las que, al lado de títulos bien ganados (como ese de Patrimonio de la Humanidad), pueden poner el de ciudades con muy activos ladrones y maleantes en las que el turista está vendido.
Sólo hay que recorrer con la vista los periódicos diarios. Sin ir más lejos, en Losar de la Vera a un campista se le llevaron la tienda, los sacos de dormir y todo lo que tenía para disfrutar de nuestro bellos paisajes. En los alrededores de los hoteles de Cáceres (y supongo que en los de Mérida) “operan” una serie de ladrones que desvalijan los automóviles de los pocos turistas que nos visita.
Si esto no se arregla, ya y ahora, es mejor que dejemos de pensar en el turismo.
Diario HOY, 11 de septiembre de 1987

Sólo un asunto de coordinación


Me da la sensación de que con nuestro nuevo Ayuntamiento comienza a pasar lo que dicen que pasaba con don Arturo y su banda de música. Don Arturo fue un mítico director que tuvo, hace muchísimos años, casi en sus principios, nuestra Banda municipal de Música, a la que entonces no sé exactamente por qué, se la llamaba “Banda de los Gorriatos”. Don Arturo, cuyos apellidos desconocían casi todos porque con decir: “Don Arturo, el de la banda” estaba localizado, don Arturo, digo, era hombre con sentido del humor, aunque de malas pulgas y al comenzar los conciertos públicos, en el Paseo de Cánovas, tras dar tres golpes con su batuta, dirigiéndose a sus músicos, decía: “Adelante, muchachos, que en el calderón nos encontraremos”.
Como se sabe, el calderón es el signo que indica el final de la partitura y allí iban parando los que, más deprisa o más despacio, pero descoordinados, iban logrando llegar a él. Pues bien, a mí me da la sensación de que nuestros servicios municipales y la Corporación que los rige, andan un poco como don Arturo y su banda. Aunque no sé si sabrán llegar al calderón, porque ahora no han hecho más que iniciar la partitura. Digo esto por la total descoordinación que existe entre unos servicios y otros y por el maremágnum que se nos forma en la calle cada día. Si existiera coordinación, el levantamiento de la Plaza Mayor, para enterrar no sé qué cables de la Telefónica, se hubiera aprovechado para la reforma aprobada de la plaza y poner la conducción de los cables de las farolas que llevará.
Toda la ciudad antigua ha estado o está levantada, para enterrar conducciones de alumbrado, pero como la Telefónica tendrá que enterrar las suyas, habrá que volver a abrir las calles, ya cerradas, para enterrar más cables. No hablemos del cierre, por obras, de calles, coincidiendo con la carga y descarga, con lo que se producen atascos continuos de tráfico e invasión de vehículos por direcciones prohibidas. En fin, que en la partitura municipal cada cual va por su lado.
Diario HOY, 10 de septiembre de 1987

Un simple cambio de criterios


También es oportuno volver a hablar de caza, porque el colectivo de deportistas cinegéticos es grande y porque estamos aún en la llamada media veda, aunque —como suele decirse— “nadie se come una rosca”.
No solo porque no hay tórtolas, sino porque los inconvenientes de salir al campo a practicar este deporte cada vez son mayores y el cazador, cada año, tiene el temor de haberse olvidado de algún papel de los que se exigen, o de alguna de esas normas a que dichos papeles obliga, en nuestra comunidad, como es la de llegar al puesto con la escopeta enfundada, y volver a enfundarla si uno se cambia de puesto.
Imagínense que, como viene sucediendo, uno llega al puesto tradicional y al ver que no hay “pasos”, tras de mirar con los prismáticos a un lado y otro, se cambia de puesto tres o cuatro veces, pues tres o cuatro veces que tiene que enfundar la escopeta porque si no está infringiendo las normas que nuestra autonomía ha decretado. Pero no sólo es eso, sino que si usted es propietario o copartícipe de un coto (que si lo va a tener por unos años, suele mirarlo como la niña de sus ojos) tampoco tiene la libertad, que tenía años anteriores, de irse a él a tirar tórtolas, este año tiene que solicitar un nuevo papel (sin el que no podrá tirar las tórtolas por muy suyo que sea el coto) y entre las normas que te recuerda el papelito figura el que no se pueden matar más de 25 tórtolas por puesto, o por escopeta.
Los que comercializan todo esto te ofrecen ahora puestos de tórtolas en lo que se tiran más de 200 tiros, a 25.000 pesetas puesto; pero si usted cumple la estrecha ley de nuestra autonomía matando sólo las 25 tórtolas autorizadas, cada una le ha salido a mil pesetas, aparte de otros gastos.
Como verán don Jesús Garzón, o los que legislan todo esto nos están poniendo el asunto imposible. Pero lo peor ha sido el cambio de criterio. Antes, el cazador era un deportista cumplidor, mientras que no se demostrara lo contrario; ahora uno tiene que demostrar, antes de salir al campo, que va a cumplirlo todo, o no lo autorizan a salir a él.
Diario HOY, 8 de septiembre de 1987

Otra vez el "Ruta de la Plata"


Dese luego, esto que voy a comentar, es hablar sólo por rumores que, de muy buena gana, quisiéramos ver confirmados. Como todos los cacereños sabemos nuestro ferrocarril “Ruta de la Plata”, que seguía una línea antigua y lógica, por la que nos vino la trashumancia y la cultura en su día, cuando los romanos andaban por nuestros pagos, nos lo quedaron partido y yugulado las administraciones socialistas que nos disfrutamos, que cerraron a cal y canto, en lo que a nuestra provincia se refiere, desde Plasencia para arriba. No han servido argumentaciones de ningún tipo y la única que ha prevalecido es que la línea no era rentable, precisamente en la autonomía más pobre de las españolas, en la que un gobierno socialista, por social, debería haberse volcado (por eso recalco lo de administración socialista).
En fin, no queremos remover la herida, si no más bien tratar al menos, de imaginar posibles soluciones.
En tiempos, en la legislatura anterior, para tratar de que el ferrocarril no muriera en Plasencia y que llegara al menos a Salamanca, nuestra autonomía se puso al habla con la de Castilla-León, para ver (se nos dijo) si entre lo que pudiera pagar una y otra, la RENFE quedaba complacida y continuaba con el tren, pero no pudo ser porque la autonomía de Castilla-León (socialista, creo) no mostró interés en pagar la parte que le correspondía de esta línea.
Ahora la administración de la autonomía Catilla-León, ha pasado a manos de AP que, parece, sí está interesada en que el “Ruta de la Plata” vuelva a pasar por su territorio, y sólo hace falta el acuerdo con la autonomía extremeña que es de esperar siga con ganas de que el caso se solucione. Lo único malo que ven algunos de los propagadores de este interés es que , si la autonomía socialista extremeña no lo arregla con la autonomía socialista castellana, no es fácil que quiera arreglarlo con la autonomía de AP de Castilla-León puesto que sería dejarlos apuntarse un tanto.
Veremos qué es lo que pasa.
Diario HOY, 6 de septiembre de 1987

Gastar en lo importante


Poco a poco vamos logrando una concienciación extremeña, lo que se llama sentirnos más de una región conjunta, que de las dos provincias que la integran, pero nuestros esfuerzos y nuestro dinero nos está costando. Bajo ese punto de vista veo yo estos “Días de Extremadura” que se han realizado hasta el momento, en los que nuestra autonomía y nuestros ayuntamientos no escatiman un duro en cuanto sea sumar gentes al festejo.
Esto viene pasando con la preparación del próximo en Trujillo en el que, si la Junta no ha escatimado en gastar en propaganda y programación de los mismos, los ayuntamientos tampoco escatiman en proporcionar viaje gratuito a cuantos lo soliciten, porque lo importante es que haya mucha gente en Trujillo el día ese y que lo pasen bien. Esta segunda parte es también importante, porque aunque la convivencia de gentes de las dos provincias sea lo primordial, también lo es el que se sientan a gusto y el que el número no desborde el grato estar y que, a la hora de regresar, no se quedan colgados, como pasó a algún grupo en Guadalupe el pasado año. Pensamos que esto ha sido experiencia para esta ocasión y que se habrán tomado las medidas para que los autobuses que los llevan no regresen de vacío o casi vacío, dejando a sus primitivos viajeros en la estacada.
Está bien el empleo de este dinero, que es dinero de los ciudadanos, administrado por la Junta o por los ayuntamientos y los ciudadanos debemos apoyar el que todo ello sirva para fortalecer ese espíritu regional, que aún tenemos muy débil, pero debemos exigir una buena organización, que también es importante en estas cosas. Cierto que hay ciudadanos que, pagándoles el viaje y un bocadillo, se apuntan a un bombardeo, pero lo que importa es que la organización sepa convencerles allí de lo importante que es la extremeñidad, mucho más que viajar gratuitamente.
Diario HOY, 5 de septiembre de 1987

martes, 27 de febrero de 2018

Los niños mendigos


Aunque peque de reiterativo, voy a referirme de nuevo al caso de los mendigos portugueses. No es que uno quiera resucitar el cartel puesto el pasado siglo y que todavía figura en alguna entrada de Cáceres, aunque medio tapado por anuncios, que dice: “Cáceres, capital de provincia. Prohibida la blasfemia y la mendicidad.” Yo sé que ha pasado más de un siglo de la puesta de aquel cartel y de todo ello sólo se ha cumplido la primera parte, razón por la cual no voy a creerme que por un simple comentario de prensa vayamos a conseguir que aquí no se blasfeme ni se pidan limosnas. No, no es eso lo que pretende este comentario, sino más bien el suscitar un tema que alguien debería tomar sobre sí para resolverlo, que es el de los niños mendigos.
Estos niños son hijos de un matrimonio, o de dos, de gitanos portugueses a los que les debe ir bien en Cáceres, porque aquí se nos han quedado. Son mendigos profesionales que se ponen en actitudes llamativas, bien de rodillas, o como meditando y extienden ante ellos un cartel escrito en español (para no emplear el portugués) moviendo a caridad, ocupando ellos, sus mujeres y los miembros de la familia, cada cual sus puestos fijos. Yo no sé si esto es legalmente permitido o no, ni si en contrapartida, nuestros gitanos se van a pedir a Portugal, pero lo que no me parece bien es que los niños, niños de estos matrimonios y bien trajeados y presentados, que están en edad escolar, sean también explotados por los padres y estén en cualquier cruce de semáforos, donde paran los vehículos algún tiempo, con otros carteles, abordando a los conductores de cada uno de ellos para pedirles limosnas (sin hablar, claro). Posiblemente los padres no pueden enseñarles otra cosa, porque ellos son mendigos profesionales, pero estos niños deben estar en la escuela, o en algún centro que pueda enseñarles algo más, aunque sean portugueses.
Diario HOY, 4 de septiembre de 1987

Los verdaderos profesionales


El mercadillo franco del Camino Llano, que se realiza en Cáceres todos los miércoles del año, es sin duda una convocatoria para vendedores y compradores, que son lo que en realidad hacen el mercadillo con alguna ventaja por ambas partes (ya que si no, no continuaría), pero también es una convocatoria semanal para rateros y carteristas que también se dan cita en él y que, a juzgar por la serie de denuncias de robos de bolsos y carteras que días después se agolpan en Comisaría, hacen también su agosto en el mismo.
Artistas del robo
Tenemos que decir que, en la mayoría de los casos, estos carteristas son verdaderos profesionales que sorprenden a la víctima y llegado el caso, se hacen pasar por víctimas ellos, acusando al perjudicado que, avergonzado, no sabe qué hacer.
Este último miércoles ocurrió un caso similar, aunque no fue en el mercadillo, pero sí en sus inmediaciones y a personas que venían o iban al mismo. El caso sucedió ante la armería de Teófilo Arias, de la calle de San Antón, cuyas aceras se ponen a rebosar de gentes que van y vienen a dicho mercado franco. Una señora notó que un joven entraba la mano en su bolso y se llevaba el monedero, entrando a continuación en la armería; ella y sus acompañantes entraron tras él increpándole, ya que había varios testigos del robo. El ratero, con gran aplomo, lo negó todo, asegurando que había entrado a comprar balines y señalándole en el suelo (donde el lo había tirado) el monedero que reclamaba la señora, que por cierto no había pisado el suelo de la armería, quedándola por mentirosa y descuidada y ofendiéndose el ladrón por lo que decía era una duda de su honradez. Los muchos testigos de los sucedido se quedaron perplejos, momento que aprovechó el carterista para largarse.
Como pueden ver, todo un profesional.
Diario HOY, 3 de septiembre de 1987

Puertas y ventanas


Por privilegio de la edad, uno ha tenido ocasión de vivir profesionalmente la denostada dictadura y la liberadora democracia y tiene ocasión sobrada de comparar lo que las libertades de información fueron y son en la actualidad. Sin género de dudas, ahora tenemos los informadores mucha más libertad que teníamos entonces, y a nuestros políticos actuales, a todos los niveles, se les llena la boca de decir eso de que  nuestra política será una política de puertas y ventanas abiertas”. Lo malo es que, nada más que se sientan en el sillón del despacho comienzan a pensar de otro modo, quizás porque con las puertas y ventanas abiertas se puede uno agarrar algún catarro, nada más que se descuida, y comienza a entreabrir solo las puertas y las ventanas, cuando no las cierra del todo.
Antes, los delegados de ministerios tenían prohibido hacer declaraciones sin que se lo autorizara el ministro, pero el ministro estaba lejos y la orden no se cumplía del todo; ahora con la  autonomía y la democracia es otra cosa; uno va a un departamento de la junta, a cualquier oficina de Cáceres a pedir el más mínimo dato y no te lo niegan, pero te dicen que tienen que solicitarlo a Mérida, porque si no el consejero, o el  director general de turno, se pone por allí arriba y puede echar a la calle al funcionario. Ello quiere decir que hemos ganado 240 kilómetros, porque a Mérida hay 60 kilómetros y a Madrid 300.
Pero no es lo peor eso, lo peor son los lugares en que nos centralizan la información, diciendo que es para darnos facilidades pero es más bien para manipularla haciendo desaparecer datos y nombres que no interesan dar, por la razón que sea, como por ejemplo: “En Moraleja han robado una tienda de electrodomésticos”, o “Fulano de Tal denuncia que han apalancado el escaparate de una tienda de su hermano”. Ni que decir tiene que el elemento oficial no te da un dato más, con lo que la política de puertas y ventanas está tanto o más cerrada que anteriormente.
Diario HOY, 2 de septiembre de 1987

Robar la ilusión


Hay determinados robos cuya importancia no debería medirse por el botín conseguido por los ladrones, sino por el daño en ilusión hecho al robado. Robos que no tienen una importancia crematística grande, pero que sí la tiene en la desilusión del perjudicado.
La academia gratuita, conocida por “Obra Social Nuestra Señora del Carmen”, que ahora tiene su sede en un local cedido por la Consejería de Cultura, en el que antes estuviera la Jefatura Provincial del Movimiento, ha sido robada y destrozados sus muebles, esparcidos sus libros y revuelto y maltratado el material que utilizan. No es mucho lo robado, porque no tienen mucho: un magnetofón que tenían para las clases y alguna otra cosa de este tipo. “Estoy por cerrar definitivamente la academia”, nos decía su director y fundador Manolo Moreno, “porque estamos hartos de luchar en solitario, sin que nos presten ayuda.”
Para que ustedes se den una idea de lo que esta academia gratuita es y significa, les diremos que es la obra de Manuel Moreno y un grupo de profesores altruistas que, sin cobrar un duro a nadie, desde 1972 vienen preparando gente para oposiciones o reciclando (como se dice ahora) gratuitamente a quien los necesitan. En la actualidad cuentan con 225 alumnos que se preparan de auxiliares de clínica, guardias municipales, administrativos, cultura general y un montón de cosas más y se disponían a reanudar el interrumpido curso cuando, al ir al local, se dan cuenta de que les forzaron la puerta, les destrozaron los armarios y les robaron lo peor: la ilusión del altruismo. “Estoy harto de denunciar que en el zaguán del caserón, porque el resto está deshabitado, hay un refugio de drogadictos, y no nos hacen ni caso, por lo que todo esto se veía venir”, nos comenta el director de la academia, que reitera una y otra vez, que el seguir así es chocarse contra un muro. Lo malo es que esta academia acogía a los más necesitados y ha logrado colocar a muchos que, de otro modo, no hubieran tenido su oportunidad.
Diario HOY, 1 de septiembre de 1987

NOTA.- Fernando se había referido a la labor desarrollada por Manuel Moreno Vázquez otra “Ventana”, que puede consultarse AQUÍ.
La labor de Manuel Moreno, fue reconocida “oficialmente” por el Ayuntamiento de Cáceres al poner su nombre al Salón de Actos del mismo en las dependencias de la Policía Municipal.

Récord de visitantes en "Las Veletas"


Nuestro museo de “Las Veletas”, dedicado principalmente a la arqueología, artes y costumbres populares, está registrando el mayor número de visitantes de toda su historia. Nada más, ni nada menos que más de 14.000 personas le han girado visita desde el día uno al 28 de agosto, lo que quiere decir que en los días que faltan para completar el mes la cifra puede aumentarse considerablemente,
Llegar a las 14.000 personas visitantes en sólo veintiocho días es todo un récord, en el que no incluimos las 4.000 personas que en este tiempo visitaron el “Museo del Mono”, que tiene la sección de bellas artes de nuestro conjunto museístico.
Es curioso ver que “Las Veletas” está siendo cada día más visitado y que ello se debe, en mucha parte, a la labor del director del museo, Antonio Álvarez, que ha tenido el acierto de saber hacer amena y entretenida la visita al turista. Mucho tienen que ver también en ese despertar curiosidad, la cinco nuevas salas de arqueología remodeladas, en las que cualquiera, no versado, acaba enterándose de lo que es y lo que significa lo allí expuesto. Son las nuevas orientaciones de los museos que no son ya almacenes de piezas raras sino amenos escaparates en los que podemos ver y aprender como fue nuestro pasado.
Hay otra curiosidad en cuanto al museo, por las estadísticas que de él se llevan, sabemos que en el mes de mayo el mayor número de visitantes es de grupos de colegiales; el mes de junio es también de visitas de grupos, pero de la tercera edad y este mes de agosto, en el que se han desbordado las visitas el mayor número de visitantes es el de familias españolas que hacen turismo nacional; hay también un número de visitantes extranjeros que se mantiene estable, pero la importancia de nuestro turismo en agosto se debe a las familias de otras regiones que nos visitan.
Diario HOY, 30 de agosto de 1987

La pereza veraniega


El Ayuntamiento de Cáceres logró al fin 16 autocares, de los 27 que quería reunir para llevar gente a Trujillo el día 8, que es el “Día de Extremadura”. Ya se lo contamos a ustedes, como les contamos las dificultades para recabarlos, puesto que no lograban encontrar más que seis y, lo que son las cosas, nada más que en el periódico dijimos que estaban buscando autocares en provincias limítrofes (como era cierto), comenzaron a aparecer autocares aquí y allí y lograron los 16 de que les hablamos al principio y, si insisten en querer más, más que les proporcionan, lo que puede demostrar que muchas veces nuestros gestores, o nuestras empresas se dejan coger por la pereza mental, y más en estas fechas agosteñas, y lo que antes les sale por la boca es la frase de: “no tenemos más autocares”, pero nada más que ven que otras empresas foráneas pueden hacer “su agosto”, se espabilan rápidamente y te buscan hasta  la aguja del pajar si hiciera falta, porque el contratar una veintena de autobuses a 20.000 pesetas la tirada, no es cosa de todos los días, por muchas perezas mentales que nos traiga el verano.
Todo arreglado
En fin, con ello decimos que la cosa por esa parte está solucionada, aunque han comenzado a surgir otros temores que esperamos no se confirmen y es que, las asociaciones vecinales, cuando se les preguntó si necesitaban autocar, todas dijeron que sí, pero ahora con los calores y las vacaciones, muchas de ellas están con la misma pereza veraniega de que les hablamos y no saben si tendrán gente para llevarlos, o si van a poder utilizarlos o no. Como pueden ver, es una nueva zozobra para los que en el municipio llevan estas cosas porque sería una triste gracia que, tras lograr conseguir 16 autocares, que no ha sido nada fácil, encontrarse con que no hay gente para ocuparlos.
Diario HOY, 29 de agosto de 1987