jueves, 30 de noviembre de 2017

Ricos y pobres


Decía Noel Clarasó que estaba de acuerdo en que siempre había habido ricos y pobres, pero que el ideal era que se turnaran cada cuatro o cinco años. Pues bien, me creo yo, que esto lo hemos llegado a solucionar en España con las elecciones cuatrienales que dan el poder, y los medios para ser ricos, a unos grupos u otros cada cuatro años. A veces es a los mismos, porque hay quien tiene tal vocación de rico que lo mismo milita con tirios que con troyanos, no importándole más que sean los que en aquel momento manden. En fin, que cada cuatro años, una nueva hornada llega a la posibilidad de la fortuna que, como todos sabemos es el poder y el dinero.
No digo yo que con Franco no pasaran estas cosas, porque también pasaban, pero requerían más tiempo. Para que un gobernador civil pudiera comprar una finca en Extremadura tenían que pasar al menos diez años y hasta acceder el susodicho, a puestos superiores al de gobernador. Ahora, este tipo de burocracia se ha aligerado y, aunque no me gusta señalar, ahí tienen ustedes al propio señor Suárez, que tras unos años felices de mandato, se marchó hasta fumándose un “ducados”.
En fin, que estamos en la línea ideal de llegar a poder ser poderosos y, aun parangonando a Napoleón, que decía que “cada soldado llevaba en su mochila el bastón de mariscal”, podríamos decir que cada político lleva en la suya la credencial de poder ser rico a la larga y a ningún español se le priva de poder acceder a la política. Antes, el llegar a ser rico, se cifraba sólo en heredar, ser torero de categoría, conseguir una buena quiniela o el premio “gordo” de la lotería, pero ahora se nos ha dado una igualdad de oportunidades a todos, lo que no deja de ser una mejoría, porque lo que es igual para todos no es ventaja para nadie. Pero como en el cantar, lo difícil es llegar.
Diario HOY, 20 de diciembre de 1984

La gasolina y su precio


No lo decimos nosotros, sino un estudio hecho por el Comité de Energía de la CEOE sobre los precios de consumo petrolífero en Europa, que llega a la conclusión de que la gasolina súper española es la más cara del continente. Esto se ha dicho más de una vez, pero los responsables de nuestra Administración nos han contado la “mentira piadosa” de que tal cosa no es así, porque Francia e Italia pagan una gasolina más cara que la nuestra, “trampa” en la que cae cualquier porque, en efecto, si damos a la gasolina española el precio base de 100, en Francia el precio se convierte en 103 y en Italia en 125, pero esto es “trampa”, si tenemos en cuenta que la gasolina súper española tiene sólo 96 octanos, mientras que la francesa tiene 98 y la italiana 99, octanajes que implican mayor rendimiento para estas últimas aunque aparentemente —solo aparentemente— son más caras que la nuestra.
Estas razones podrían justificar, según la lógica, el que de momento no hubiese una nueva subida de la gasolina, como lo podría justificar la tendencia a la baja de los crudos y aun la apreciación de la peseta frente al dólar últimamente —razón que no podría servir de pretexto, como sirvió otras veces—. Pero todo esto es la lógica que nuestra Administración suele desconocer, o al menos la ha venido desconociendo hasta el momento, aparte de tenerla sin cuidado los estudios de Energía de la CEOE, porque a nuestra Administración lo único que parece importarle es recoger dinero, sin tener que justificar nada ante los ilusos españoles que seguiremos pagando la monopolística gasolina, de la CAMPSA, mientras “el cuerpo y la bolsa aguanten”, aunque tengamos el pataleo al menos, de poder decirlo.
Diario HOY, 19 de diciembre de 1984

Los calés y sus leyes


Cuando el diputado gitano Juan de Dios Ramírez Heredia habla tan sensatamente de la integración de los gitanos en la sociedad y aun de cómo nuestra sociedad discrimina a los gitanos, a uno se le encoge el corazón y termina dándole la razón al diputado. Yo lo vi no hace mucho en televisión, y como es un hombre de hablar tan convincente, estuve hasta por darle la razón en muchas de las cosas que decía, pero desde luego no en todas. A mi me entran las dudas de si no serán los gitanos los que no quieren integrarse y no que nuestra sociedad los rechace. Lo que pasa es que nuestra sociedad —como cualquier otra— tiene unas reglas de juego que hay que aceptar y que los gitanos —al menos en buena parte— no las aceptan, y por tanto son ellos los que se marginan, sin que los margine nadie.
Digo esto a raíz de la batalla campal que han librado a tiros dos familias gitanas del bario cacereño de El Junquillo, en la que si, afortunadamente, no ha habido heridos graves si ha habido la “vendetta” tradicional a la que las leyes orales de los calés les obligan más que la ley común para todos. El mundo gitano se ha regido siempre por esas leyes orales suyas, en las que priva el “ojo por ojo” de los delitos de sangre, y esas leyes se dan de bofetadas con nuestros códigos que ellos aceptan sólo cuando no se contraponen a sus “leyes”. Yo podría hablar de familias gitanas que han tenido que abandonar Cáceres a cuenta de que uno de sus miembros ha tenido la mala fortuna de matar, en accidente de tráfico, a un miembro de otra de las familias, o bien las prohibiciones territoriales que entre ellos se imponen y otros muchos inconvenientes que se llevan a “punta de lanza”. Por tanto, no es que el mundo payo discrimine al gitano, sino que ellos viven bajo otra ley tradicional que, mientras no la deroguen, será el mayor inconveniente para esa integración. Esto también debería decirlo Ramírez-Heredia.
Diario HOY, 18 de diciembre de 1984

El ingenio y los plenos


Voy a referirme, aunque sólo sea de pasada, a la salida de “pata de banco” de Antonio Hurtado Ricafort, en el ultimo pleno municipal, provocando la suspensión de la mitad del mismo por un defecto de forma. Cabe preguntarse qué intención le movía a ello y qué aspecto práctico se sacaba de dicha suspensión, sino era retrasar una serie de asuntos que ya llevan bastante retraso de por sí, y que tuvieron que quedar esperando para otro pleno.
Descartada esta parte, sólo queda el personalismo y el poder presumir de haber sido el “retrasante” ante sus propios amigos.
Digo esto, porque si nos fijamos en la letra menuda de la ley hay muchos motivos para provocar suspensiones en cualquier pleno de cualquier entidad, aunque ello no conduzca a nada práctico, que es sobre lo que quiero poner énfasis.
Por ejemplo, cualquier concejal puede invalidad un pleno, porque la citación y orden del día que les llega no es original, sino fotocopia; porque no lleve la firma original del alcalde, sino la fotocopiada y por otras muchas cosas más, en las que ningún concejal para miente, porque estimo que todos, los de cualquier grupo, están a trabajar en común por la ciudad y el vecindario a quien representa y tienen que aceptar estas evoluciones cotidianas que no se hacen para molestarlos, sino para agilizar las citaciones que, hechas una por una, harían perder más tiempo y ya se pierde bastante en la burocracia de cualquier asunto.
Conste, no obstante, que yo me divierto muchísimo con las salidas de Hurtado Ricarfort en los diversos plenos, como me divierto con las gracias y el ingenio en la broma de otros muchos amigos, pero creo que en esta ocasión se ha pasado y tengo que decirlo con toda sinceridad. Existe el peligro de que los plenos municipales se conviertan en un juego de ingenio personalista y, sinceramente, no hemos elegido a nuestros ediles para divertirnos con sus gracias, sin o para que hagan algo práctico por la ciudad, y de no hacerlo nos están defraudando, por mucha gracia que tengan sus salidas.
Diario HOY, 16 de diciembre de 1984

Una "reconversión" voluntaria


Como colofón a los acuerdos entre lecheros, alcalde y central ILCASA, las partes se reunieron a comerse un borrego en una finca próxima. Hubo invitación especial de los lecheros al alcalde, con el que compartieron vino y presas, en amplia camaradería y sin rencores, como deben terminar estas cosas, aunque hubo momentos tan enconados en la gestión del acuerdo en el que los lecheros pedían, si no la cabeza del alcalde, al menos su dimisión.
Lo mejor, desde luego, para “echar pelillos a la mar” son las comidas y la conversación alrededor de una mesa con viandas. No sé si esto es una tradición bíblica, pero los españoles somos muy dados a terminarlo todo con una comilona. Es más, estoy por asegurar que en nuestro país, una buena comida ha solucionado más diferencias que la aplicación justa de las leyes.
La Alcaldía prometió medidas drásticas, que viene aplicando, y a uno le cabe preguntarse: ¿Y cómo está ahora el asunto de la leche? Pues bien, según los últimos sondeos, de los 12.000 litros diarios que se vendían clandestinamente, en estos pocos días que se han aplicado las medidas, las ventas se han reducido a solo 2.000, y es posible que se reduzcan más. ¿Y por qué ahora sí y antes no?. Pues por una razón muy sencilla, que tanto los lecheros como las centrales han comenzado a atisbar:  que la entrada en el Mercado Común les va a poner las cosas más difíciles a todos y como ellos no se unan les va a ser difícil hasta la supervivencia, ya que la leche de los comunitarios es más barata que la que nosotros producimos. En definitiva, que si el sector no se reconvierte (como se dice ahora) les van a reconvertir a la fuerza sin beneficio para ninguno de ellos. Así de sencillo y así de complicado. Bien merecía meditarlo todo a través de unas presas de borrego.
Diario HOY, 15 de diciembre de 1984

El vídeo como recurso


Es curioso saber que estos años atrás ese invento televisivo llamado “vídeo” con el que uno se puede preparar su propia programación, se vende más bien poco ya que es caro, viene cargado por ser de importación y las gentes preferían los programas directos y baratos que nos servía televisión. Pues bien este año, según me confiesa un amigo que se dedica al a venta de estos “chismes”, hay mucha más demanda de ellos de la que esperaban, hasta el punto de que los posibles clientes tienen que esperar turno para hacerse de su vídeo propio, en cuyo gasto no suele repararse.
Para mí, esta promoción del vídeo se debe mucho a la pobrísima, sectaria y poco imaginativa programación de nuestra Televisión Española, que no sé si intencionadamente está ayudando a estos vendedores a colocar vídeos que sustituyan esos raquíticos y reiterativos programas que nos sirve la televisión nacional de los que una gran mayoría de aficionados está, como suele decirse, “hasta el coco”. Pasa que, muchas de estas familias, prefieren poner los que les gusta y elegir de la programación nacional de televisión sólo algunas cositas aprovechables, sustituyendo el resto por el paso del vídeo elegido de antemano.
Por si ustedes lo dudan, elijan un día cualquiera de la semana y analicen la programación de Televisión Española. Por ejemplo, el último martes —a partir de la hora de más escucha— se nos ofreció, tras el telediario, “El hombre y la tierra”, un buen programa que ve la gente con gusto, pero que es ya repetido de otras veces. Tras ello, el capítulo de “Mariana Pineda”, destrozado en su papel principal por la que antes se llamaba Marisol y ahora Pepa Flores, a continuación “En Portada”, que en este caso tuvo algo curioso como fueron “Los diarios del Ché”. Si se pasan a la segunda cadena tienen las dos horas y media con “los peluchos”, o sea, “La edad de oro” que es siempre mismo molinillo. Como ven no hay más que refugiarse en el vídeo como recurso.
Diario HOY, 14 de diciembre de 1984

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Información sobre Almaraz


Como resulta que la cosa nos atañe muy directamente a los cacereños. y a los extremeños en general, leo y tomo para nuestros lectores lo que publica la última “Actualidad Económica”, bajo el titular: “Almaraz, sanción millonaria”, y que dice textualmente: “El Ministerio de Industria y Energía deberá decidir próximamente el importe de la sanción a imponer a los propietarios de la central nuclear de Almaraz (Sevillana, Hidroeléctrica y Unión Fenosa), una vez que el Consejo de Seguridad Nuclear ha remitido el expediente de propuesta de multa por retraso en la información de incidentes técnicos. La sanción podría oscilar entre los cinco y diez millones de pesetas, ya que se quiere poner fin a  estos retrasos en la información sobre aspectos que tengan alguna relación, aunque sea mínima, con la seguridad de las centrales.”
Como puede deducirse ha habido algún incidente técnico en Almaraz, cosa que puede ser lógica, pero no lo es el retrasar la información sobre el mismo si no queremos dar la razón a los que señalan la peligrosidad de las centrales, que —según esto— yo estimo más peligrosa en la actitud de “quitar hierro” o disimular esos inconvenientes.
Pienso yo que puede haber todo un plan de emergencias, recogido en una enormidad de tomos, puede haber hasta un sistema completísimo y moderno para combatir las posibles emergencias que surjan y hasta puede haber una probada eficacia de esos planes, pero todo ello será ineficaz si la respuesta a cualquier incidente, por nimio que sea, es el silencio o el retraso en comunicarlo, por lo que de ser cierto eso que afirma la mencionada revista, nos parece oportuna la sanción  la mayor cuantía de ella. Si hemos de aguantar la peligrosidad potencial de Almaraz, al menos debemos exigir que se nos informe, sin retraso, de lo que en cada momento allí pasa.
Diario HOY, 13 de diciembre de 1984

El mes de las esperanzas


A los españoles nos interesa más que salir de pobres, salir de trabajadores o ambas cosas a la vez. Vamos, que lo que quiero decir para explicarme es que al filo del mediados de este mes, que para todos es el mes de las esperanzas —y ahora me explico—, nos interesa más poder colgar los “aperos” de nuestro propio trabajo y vivir en el futuro mirándonos el ombligo y haciendo lo que nos venga en gana, que ser ricos en sí, cosas ambas para las que se necesita una gran bolsa.
Pero ahí está este mes de las esperanzas con sus loterías extraordinarias, sus quinielas millonarias, las rifas de todo tipo, etc., con las que soñamos hacernos unos potentados y dejar de trabajar. Porque esto es lo que quiero destacar ya que está en el comentario de todos o de casi todos: “Si a mí me tocara el gordo, el portazo y el corte de mangas que le iba a dar a mi jefe sería de campeonato”, dicen los más. Yo no sé si lo que nos pasa es que los españoles seguimos viendo el trabajo como una maldición bíblica y por esa inercia lo que más nos importa es dejarlo, pero es curioso que el que sueña con hacerse millonario a base de alguna suerte no es por invertir mejor para su negocio formarse mejor, llevar mejor vida, sino simplemente darle una patada al trabajo que realiza y poder decir a su empresa: “Ahí te quedas, que yo no voy a dar ni golpe de aquí en adelante.”
Cierto que esto es un sueño que surge principalmente al filo de este mes de las Navidades y las loterías y como tal pasa, sin más ni más y sin que el asunto se realice.
Luego, cuando uno ve que no ha salido agraciado en ninguna de ellas, se conforma y se dice algo así como “qué le vamos a hacer; no pudo ser, pero que me quiten lo soñado”, y quizás sea esto lo más importante en este mes de las esperanzas.
Diario HOY, 12 de diciembre de 1984

Las promesas y el trigo


De poco tiempo a esta parte, a los “personajes” grandes de la política les ha dado por visitarnos. No es que no nos hayan visitado en otras épocas otros, de los más grande, sino que últimamente nos tenían muy olvidados y ahora, en muy poco tiempo y casi todos de golpe, aprovechando algún próximo fin de semana, se nos vienen para acá, cosa que es digna de agradecer, aunque el pueblo —que siempre le anda buscando los tres pies al gato— no acaba de comprenderlo.
Nuestro pueblo, como pueblo pardo que es, es muy reciente y escéptico y no comprende cómo los “peces gordos” no vienen a pedir algo, que es a lo que han venido siempre, o bien a prometer, a cambio, también de algo.
No digo que sea este el caso del ministro de Obras Públicas, que nos ha visitado, sino más bien que toda esa reticencia se ha puesto de manifiesto nada más se anunció su visita, y la gente se preguntaba y te preguntaba razones de ese cariño repentino. “Oye, ¿a qué viene el ministro, si no hay elecciones próximas?” te preguntaban algunos, respondiendo el listo de turno: “Pues a llevarse algo, ¿a qué va a venir?, porque de aquí se lo llevan todo: el agua del Tajo, el ferrocarril ahora y la tira de cosas.” Otros relacionaban la visita con alguna cacería o comilona, pero ninguno con la realidad de anunciarnos un “listado de obras”, que es a lo que parece que ha venido, en compensación por el trasvase, que es lo que en definitiva ha dicho el propio ministro.
Yo, de buena fe, pienso que todo esto será verdad, por aquello de que “por sus obras los conoceréis” y aunque faltan tres años para llevar todas a cabo, hay que tener esperanza, aunque nuestro pueblo sea el gato escaldado que huye del agua, aunque esté fría, reticencia esta perdonable porque secularmente se nos ha prometido mucho, pero se nos ha dado poco trigo.
Diario HOY, 8 de diciembre de 1984

La Constitución y su día


Pienso yo que el “Día de la Constitución” no se ha orientado bien, si lo que se pretende es divulgarlo entre los españoles. Es más, la celebración que se realizó a niveles locales —y pienso que a otros niveles— estaba mal orientada y hasta desorientaba a los españoles de a pie que, de buena fe, participamos en los actos organizados.
El primer despiste se originó con que en unos organismos se dio día de descanso y en otros no. Diría más bien, en unos centros de trabajo “se curreló” y en otros no se pareció por ellos, con lo que la Constitución que une e iguala a todos los españoles, ya comenzó a celebrarse mal en el VI aniversario. Porque, lo que decían algunos de los que “currelaron”: “¿Es que los que descansan son más constitutivos que nosotros?”, y tenía razón, si la Constitución es para todos, la celebración —con descanso incluido— también debe serlo. Yo recuerdo que el “18 de julio” debió su popularidad a que todo el mundo descansaba y, además —esto es importante— se les daba una paga extraordinaria, cosa que se sigue manteniendo en la actualidad, por lo que todos recordamos afectuosamente esas fechas. Pues bien, si se quiere que recordemos afectuosamente las de la Constitución debería dársenos otra paga extraordinaria a todos los niveles —ya verían ustedes cómo subía el afecto hacia ella—. En contra de esto que parece lo razonable, aquí se orientó la cosa de otro modo: En la Diputación, los portavoces de los distintos partidos nos soltaron el “rollo” sobre cómo ven la Constitución, y conste que no exagero. El más breve fue el alcalde de Plasencia, independiente, que improvisó; pero el de AP nos leyó ocho folios que nos parecían largos hasta que cerró el acto el del PSOE, con doce folios, leídos a tropezones, que hicieron pequeña la intervención anterior. ¿No hubiera sido mejor descanso y paga extra, como sucedía los 18 de julio?.
Diario HOY, 7 de diciembre de 1984

El ruedo y la barrera

Todo se nos vuelven manifestaciones, paros y protestas, que sin entrar en el fondo de ellas muestran un malestar del ciudadano con la Administración, en este caso socialista, que se da de bruces con la alegría con que acogimos a dicho Gobierno, al que una mayoría de españoles les dimos el “mango de la sartén” y ahora, otra gran mayoría —que puede ser la misma— no nos gusta lo que se guisa en ella. Por algo se harán estas protestas y no todas pueden ser caprichosas, sino que la mayoría pueden tener un fondo de razón que es posible el Gobierno o la Administración, olímpicamente, no se pare a ver.
En el caso de los estudiantes, que nos atañe más directamente, ya que los de nuestra Universidad también se manifestaron, hay que decir que la subida excesiva de las tasas es una razón más que suficiente para protestar, máxime ante un Gobierno socialista que, en la oposición y en la campaña electoral, se le llenó la boca de decir que la enseñanza debería estar al alcance de todos y no ser elitista, aunque ahora con esas subidas se la convierte en tal, ya que sólo podrán estudiar los que tengan dinero para ello. Puede que sobren estudiantes y esa sea una razón, puesto que se ha dicho que la Universidad es una fábrica de hacer parados, pero la selección de los que deben estudiar no puede hacerse por la bolsa o las disponibilidades económicas de los padres, porque es injusto y antisocial y se condena a gentes bien dotadas intelectualmente, pero sin dinero. Yo no sé si esto lo han pensado en “las alturas”, o si en esas alturas hay cierto “nirvana” que emborracha y no deja ver lo que sucede más abajo.
En fin, que no lo tienen fácil los socialistas que, hasta para más inri “consienten” que al ministro de Sanidad le de hasta la gripe.
Lo que demuestra que, bromas aparte, los toros se veían mejor desde la barrera.
Diario HOY, 6 de diciembre de 1984

La Constitución y su aniversario


Me creo yo que con esto de la Constitución a los españoles nos viene pasando como con “el Quijote”, que todo el mundo habla de él sin haberlo leído. Ya conocen el cuento del inspector de escuela que llegó a una de ellas, en un pueblo, y se le ocurrió preguntar a uno de los escolares quién había escrito el Quijote, respondiéndole el niño: “Yo desde luego no he sido, aunque me echan la culpa de todo.” El cuento puede alargarse mucho más, pero no vamos a hacerlo, porque de por sí el chiste es suficiente para dar un ejemplo de un estado de cosas que en realidad vienen sucediendo. La mayoría de los españoles no han leído el Quijote, aunque llegado el momento hablan de él como unos verdaderos entendidos.
Pues bien, creo que lo mismo nos suele suceder con la Constitución, que muy pocos conocemos en todos sus detalles, aunque sea la ley de todos desde que entramos en la democracia y por la que nos debemos guiar en cada momento. Digo esto, porque el próximo día 6 vamos a celebrar el “VI aniversario de la Constitución Española”, con actos organizados en Cáceres por el Gobierno Civil y la Diputación, que serán una maravilla pero que agregarán poco en cuanto al conocimiento de ella.
Pienso yo que en cuanto a los políticos que rigen nuestros destinos, de alcaldes para arriba —al menos— debería exigírseles ese conocimiento, como para conducir un vehículo se nos exige conocer el Código de la Circulación. Es más, estoy por afirmar que si a nuestros alcaldes se los examinara de Constitución, serían muy pocos los que pasaran el examen, y no me pueden regir los destinos de un pueblo, si no se sabe el “código” que los ordena que es el caso de la Constitución. No digo que se hicieran exámenes sobre ella, pero sí algo para divulgarla entre los que tienen obligación de conocerla.
Diario HOY, 5 de diciembre de 1984

martes, 28 de noviembre de 2017

El cuarto Rey Mago


Yo no veo claro esto de la RENFE en cuanto a la suspensión de líneas en nuestra región, por mucho que Torres, que es una especie de Fernando Morán a nivel regional —por lo del optimismo—, diga que la cosa está por buenas vías. Lo cierto y verdad es que hay un silencio oficial sobre los contactos con la RENFE, cosa insólita a estas alturas cuando los extremeños todos estamos pendientes de esto. Se habla de líneas de autobuses, como cambio a lo que se quiere suprimir, cuando todos sabemos que la carretera está sobrecargada al máximo y la supresión de vías incidirá aún más a sobrecargar esas carreteras deficientes que tenemos en la región. Hay otro juego que tampoco los extremeños acabamos de ver claro como es la supresión de billetajes por las líneas que se pretenden suprimir. ¿No habíamos quedado en que todo se dejaría como estaba, hasta terminar las gestiones? ¿No será esa supresión una forma cómoda de demostrar que por esas líneas no viaja nadie, para incidir más en su poca rentabilidad? En fin, que el asunto está enredado y cada día se enreda más.
Cambiando de tema diremos que ha estado en Cáceres a dar una conferencia don Joaquín Ruiz Jiménez, el Defensor del Pueblo, al que los hombres de a pie —como yo— vemos un poco como el cuarto Rey Mago. Creo que le vemos así todos los españoles que nos imaginamos, ya que las fechas están próximas, que en las cabalgatas de Reyes saldrán Melchor, Gaspar, Baltasar y Ruiz Jiménez, por lo que uniendo los dos temas, creo que lo que debemos hacer los extremeños es escribir una carga que dijera algo así como: “Querido rey Joaquín, hemos sido buenos —demasiado buenos— y te pedimos un ferrocarril para Extremadura, igual que el que hemos tenido hasta ahora”. Creo que quizás sacaríamos algo más que de la gestión de Torres.
Diario HOY, 1 de diciembre de 1985