Este nuevo sistema de las listas de partido para ir sustituyendo
concejales que fueron “titulares” y dados de baja por diversas causas, por
otros de los fondillos de la lista, que en muchos casos iban de relleno y no
pensaron nunca en ejercer el cargo, tiene sus inconvenientes, pues el nuevo
llega desentrenado a la concejalía, cuando el resto de los compañeros llevan ya
tiempo de rodaje. Pienso que en esto, como en los equipos de fútbol, los que
esperan en el banquillo —o el fondo de la lista, que para el caso es lo mismo—,
deberían tener hecho su precalentamiento para llegar a la suplencia del cargo
con alguna “forma” y no con los despistes que parece ser llegan.
Podría ser éste el caso entre los “ucedistas” de Carrasco, que la
mayoría de las veces vota en contra de como lo hacen sus compañeros de partido,
sin que sepamos por qué lo hace, porque él nunca lo ha explicado, ni al parecer
en UCD hay una disciplina tan seria como en otros grupos. No queremos criticar
la actitud de este concejal ni de ninguno, ellos son muy libres de manifestarse
como quieran, pero es cosa extraña lo que viene pasando y así lo recogemos.
Otro podría ser el de Cupido, del PSOE, quien, de entrada, dijo al
tomar posesión “que venía a servir a su partido y a Cáceres”, palabras que en
otro pleno posterior tuvo que aclarar su compañero Iglesias, diciendo que lo
que había querido decir era que “venía a servir a Cáceres a través de su
partido”, lo que no es lo mismo, aunque se le parezca.
Centrándonos en este concejal, hemos de decir que su única
intervención hasta el momento ha sido para pedir que se ponga el nombre de
Antonio Canales a la plaza de Italia, cosa que está ya más que hecha y
acordada, aunque no se haya materializado aún,
lo que indica que muchos no han pasado aún de la edad de “cambianombres”
o “descuelgarretratos”, como en alguna ocasión anterior hemos dicho, y no están
al día de los acuerdos anteriores.
Porque con la serie de problemas que tiene la Banda municipal de música,
de la que le hicieron concejal delegado, dándose la circunstancia de que un
músico que la dirigió había donado a la banda su archivo, al concejal no se le
ocurrió ni dar las gracias por ello, ni abordar temas de su delegación que estimamos
eran más oportunos, al menos para las muchas personas que forman la banda, que
no saben si van a seguir o a desaparecer…
En fin, que el entrenamiento es todo, y de esto también deberían
ocuparse los partidos.
Diario HOY, 18 de diciembre de 1980
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