Megafonía le pusieron a los plenos del Ayuntamiento, para que los
informadores y el personal asistente se enterara mejor de las intervenciones de
nuestros ediles. Pero si decimos la verdad, a nosotros los informadores no nos
ha venido a resolver nada esta megafonía —y hay que ver que insistimos en
ella—, pero una cosa es teorizar y otra bien distinta el verla en la práctica.
Dos micrófonos tienen nuestros ediles, uno que —lógicamente— acapara
el alcalde, para responder a las intervenciones, y otro, al que podríamos
llamar volante, que un conserje va pasando a cada uno de los concejales que
tratan de intervenir Como las sesiones son largas, el conserje volante comienza
con mucho brío a cumplir su cometido, pero a media sesión acusa ya un tremendo cansancio
y suele llegar sólo al final de la intervención del concejal, con lo que da la
sensación de que aquello es una radio que tiene estropeado el volumen. Ayer,
por no ir más lejos, en el larguísimo pleno, tras las discusiones de lo de la
Casa del Pueblo, la Comisión de Servicios y la Grúa, el conserje
portamicrófonos quedó tan cansado que se ausentó del salón y el segundo
micrófono quedó inmóvil ante las “fauces” (permítasenos la licencia) del
secretario, que se hizo de él y no volvió a soltarlo durante todo el partido
—perdón, hemos querido decir sesión—. Se decía por allí, pero no pudimos
comprobarlo, que al conserje portamicrófonos se le estaba haciendo la
respiración artificial en una sala próxima, para que se recuperara del
cansancio de ir y venir… Y claro, con solo dos micrófonos, y dos “acaparadores”
de ellos como el alcalde y el secretario, pasó lo que tenía que pasar, que hubo
un enfrentamiento entre el señor Blanco y el secretario, porque el primero,
desmicrofonado, no podía desfogar como lo hacía el señor García Frutos, que se
infló de dar opiniones, mientras las que podían dar los ediles desmicrofonados
no llegaban ni al propio cuello de la camisa de cada uno.
Esto, como pueden ver, no es igualdad de oportunidades ni democracia
porque, o micrófono para todos o micrófono para ninguno… Y no quiere decir esto
que nosotros busquemos el que esparadrapen algunas bocas, sino todo lo
contrario…
Y conste que no queremos entrar en otros aspectos de la sesión por más
delicados, pero que tuvieron también lo suyo, como fue lo de la Casa del Pueblo. Si cuando se expolió —según
frase de algunos— hubieran sido ya socialistas los señores Vázquez y Rubio,
este caso no se hubiera dado… pero esto es harina de otro costal.
Diario HOY, 16 de octubre de 1980
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