Ha gustado aquí esa forma original de clausurar la exposición de Jaime
de Jaraíz con un conferencia – concierto de Pedro de Lorenzo y del propio
artista, que hizo a la guitarra las ilustraciones musicales. No todo el mundo
comprende estas novedades que son, sin duda, para “paladares exquisitos” y,
prueba de ello, es que nuestro buen amigo Juan, hombre sencillo y sin complicaciones,
al ver las fotos y la reseña del acto, nos preguntaba:
— Oye, macho ¿es que don Pedro se ha metido a “cantaor” y don Jaime a
guitarrista?
— No hombre, no —le dijimos— debes leer la reseña del acto. Esta es
una forma nueva y original, que se lleva mucho en Madrid, para centrar más la
atención sobre un artista y su obra.
Nuestro buen Juan no había estado en el acto. Pero el que sí estuvo y
se lo tragó de rabo a cabo, prestándole hasta una atención interesada, fue
nuestro compañero Múñez, que mañana abre una exposición de fotografías. Múñez
no se perdió detalle y vino entusiasmado. “Si yo pudiera hacer con la mía una
cosa así…”
Ni que decir tiene que estos días, a cuenta de este nuevo y original
modo de clausurar exposiciones le hemos venido tomando el pelo:
— ¿Y por qué no intentas tú hacer algo por el estilo?, le preguntamos.
Pero nos confesó que de los instrumentos de cuerda él solo sabe tocar la
campana, de sus tiempos en que fue monaguillo en La Armuña, y que el único
instrumento musical que había tocado con cierto virtuosismo era la zambomba.
— Bueno —le animamos— pero como la clausura de tu exposición va a
coincidir con la Navidad, a lo mejor no queda mal.
Confesamos que lo dijimos malévolamente y esperando que nos pegara un
bufido pero, o por seguir la broma o porque lo estimó serio, agregó: “¿Y quién
me pronunciaría la conferencia, porque tendría que ser un tipo muy popular y de
la localidad… Lo de zambomba a secas resultaría monótono. Quizás con unos
villancicos…”
Siguió el proyecto, acordándose que por aquello de “De Madrid al cielo”,
lo hecho estaba bien, pero él quería hacer una cosa como quien dice “de tejas
abajo”, o sea muy popularmente cacereña… Y comenzaron a darse nombre de
posibles conferenciantes. A lo mejor encontramos alguno.
Diario HOY, 16 de noviembre de 1980
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