Yo como aficionado a la caza, no como cazador, porque cazadores sólo
son los furtivos, según decía el “padre”
de “Juan Lobón”, Luis Berenguer, como
aficionado, digo, envidio a las provincias con legislaciones cinegéticas menos
“avanzadas” que la nuestra, que
siguen manteniendo los clásicos calendarios de salidas de veda y no se han
sumado aún a las “modernidades” que
en nuestra Comunidad se vienen imponiendo de retrasar, cuanto más mejor, la
apertura de la temporada. Digo esto porque, en la mayoría de las provincias
españolas la veda de las especies menores salió ya el domingo pasado y los
cazadores de otras regiones nos llevan una semana de ventaja en esto de
ejercitar el deporte cinegético, pasear el campo, estirar las piernas y
ensanchar los pulmones, que es en lo que se nos está quedando la caza en
nuestra Comunidad. No por falta de ella, sino por sobra de cotos, “pegas” y burocracias, que nos presentan
como unas avanzadas legislaciones los que ahora manejan ese tango. Hasta nos
han impuesto el tener que solicitar permisos para cazar en los terrenos libres.
Envidia me dan a mi los cazadores de otras regiones que siguen por el
método clásico y se vienen divirtiendo desde hace más de una semana. Yo no sé
el porqué la veda no se abre aquí, como antes, el segundo domingo de octubre.
Ni creo que nadie me lo vaya a explicar —aquí no se explica nada— pero me
imagino que el director general de Medio Ambiente, que es quien en nuestra
Comunidad maneja estas cosas, se ha dicho: “Si
abrimos el día once, tienen ese domingo y el lunes 12, que también es fiesta,
para matar caza y un “atracón”, tras de la dieta a que los tenemos sometidos,
no puede ser bueno. Nada, que se abra el día 18 y tenemos menos problemas”.
Tras ello imagino, el director general de vedas y papeleos (¿no es ese el
nombre?) se habrá quedado tan ancho.
Diario HOY, 14 de octubre de 1987
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