viernes, 2 de marzo de 2018

El archivo de inquietudes


Podríamos decir remedando a Bécquer: “Los suspiros son aire y van al aire; las lágrimas son agua y van al mar. Concejal, cuando un tema se archiva, ¿sabes tú dónde va?”.
Porque da la casualidad que en nuestro municipio, y creo que en los demás, hay temas que alcanzaron una gran popularidad en su día, que crearon una gran preocupación entre el vecindario y, que luego, pasado algún tiempo y aquietada la actualidad, sin resolverse, se archivaron y en paz.
Cierto que eso pasa a todos los niveles y que hay temas más “gordos” sin resolver. Como puede ser el secuestro del industrial de Guadalupe, del que nunca más se supo. Pero a niveles municipales hay temas que han parecido importantes, que han tenido casi una solución a la mano y que se han archivado y están en esos ignorados lugares del archivo, alcanzando el mismo polvo (y volvemos a Bécquer) que el arpa famosa de la rima, “esperando una mano de nieve” que sepa arrancarle la solución definitiva
No digamos si el asunto que estuvo en candelero de la actualidad, ha tenido la mala suerte de que haya habido un cambio de corporación, porque si ese caso se ha dado, los proyectos se han archivado en el cesto de los papeles.
Entre los más remotos, podemos recordar lo de hacer un aparcamiento subterráneo en la Plaza Mayor, no aceptado después. Pero sí aceptada la remodelación e iluminación de la mencionada plaza, convocado un concurso y archivado todo ello. Entre los próximos están el cierre de las canteras que desfiguran el paisaje de los alrededores de Cáceres. Algunas de estas canteras son de propiedad municipal. Los barrenos de alguna de ellas y las protestas de los vecinos, por deterioro de sus viviendas. ¿Qué pasó con todo aquello? ¿Quedaron conformes los vecinos y reparadas las viviendas? Todo está archivado y pasó, como una tormenta en un vaso de agua.
Diario HOY, 24 de septiembre de 1987

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