Vamos a tener una forma de agradecimiento, aunque tardío, a la primera
industria importante que se afincó en Cáceres, permaneciendo casi un siglo
entre nosotros y marchándose después casi sin pena ni gloria. Me estoy refiriendo
a la de las minas de fosfatos de Aldea Moret, que fue consecuencia del
nacimiento de esa barriada y de otras muchas cosas positivas para Cáceres,
entre las que podemos contar la traída del ferrocarril, que nos gestionó el
presidente de la sociedad que explotaba las minas, don Segismundo Moret, que
era al par ministro de Ultramar y de Hacienda, razón por la que la barriada
minera lleva su nombre. Esta compañía minera, aparte de sacar su tajada —cosa
que no puede discutir nadie— fue la primera industria grande que hubo en
Cáceres, dando empleo a muchas familias y creando ese poblado de mineros que
vivió de la explotación y transformación de los productos durante muchos años,
casi un siglo. La compañía cambió muchas veces de nombre, pero los más
conocidos últimamente fueron los de Unión Española de Explosivos y el que
ahora, que ya se marchó de entre nosotros, tiene de “Explosivos Riotinto”.
La marcha de Cáceres fue quizás por una cabezonada de nuestras
autoridades, aquí podría haber explotado otras cosas, y cuando se hizo el
polígono industrial de Las Capellanías pidió que se le dieran los mismos
beneficios que a las industrias que se instalaran en él, aunque siguiera en sus
terrenos de Aldea Moret. La respuesta de nuestras autoridades fue negativa y la
industria desmanteló todo lo suyo y se marchó. Ahora en ese poblado se
levantará un monumento al minero cacereño y a esta industria, consistente en
una vagoneta minera, puesta sobre unos railes y peana. Es curioso que para
poder contar con la vagoneta ha habido que solicitarla a “Explosivos Riotinto” que la ha enviado desde Huelva, precisamente
del tipo de las que se utilizaron entonces en Cáceres.
Diario HOY, 24 de agosto de 1986
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