Aunque yo no digo que no hayan mejorado sobre los primeros que hizo,
no ha logrado Romano García, director de la Institución cultural “El Brocense” y organizador de los Otoños
Musicales, de varios años a esta parte, no ha logrado, decimos, que tengan la
repercusión que tuvieron los primeros “Otoños”
de este tipo. No es que les falte calidad a los participantes en esta sexta
versión de los Otoños sino que para un gran número de cacereños pasan sus
actuaciones desapercibidas, y tras haber pasado, algunos se duelen de no
haberse enterado de que actuó tal o cual agrupación. Puede que sea falta de
publicidad, o mala orientación de la misma, pero desde luego, tienen menos repercusión
estos Otoños que tuvieron los primeros. Puede que también sea la selección del
programa, que no se hace para el gran público, yo no lo sé, pero desde luego ha
bajado “la garra” que tuvieron otros
otoños.
No digo yo que Romano no venga haciendo una gran labor al frente de la
institución cultural, pero es una labor más bien silenciosa, aunque no poco
trascendente
En el mismo sentido podríamos hablar de las publicaciones de la
institución que, excepto cuando se lama a los medios informativos para decirles
lo que se imprimirá en el año, no vuelve a saberse mucho de ellas, ni donde
adquirirlas, ni hay un índice a mano de cualquiera que pueda indicarle lo
publicado por la institución, su precio, y donde puede adquirirlo. Tan
importante como imprimir esos libros es divulgarlos y que lleguen al lector que
tenga apetencia por ellos. Porque no se trata de que figuren almacenados en
unas vitrinas de la institución, sino que se agoten porque se ofrecen en
librerías y lugares donde se venden estas cosas.
En fin, que la institución, a mi juicio, no debe ser la luz bajo el
celemín.
Diario HOY, 28 de octubre de 1986
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