viernes, 19 de enero de 2018

Lo que se nos avecina


Ya lo hemos insinuado en alguna ocasión y hasta podemos decir que, en líneas generales, aquí ha solido dar resultados positivos. Nos referimos a evitar la guerra de carteles y pintadas que puede venírsenos encima —de hecho ya se nos ha venido— con motivo de la propaganda de las elecciones. No sabemos qué político debería dar el primer paso y convocar a los responsables del resto de los partidos para llegar a unos acuerdos en la distribución de los paneles que pone el municipio a disposición de cada formación política, y lo que es más importante, llegar a un acuerdo de distribución de propaganda, ya que suele darse el caso de que las formaciones menos numerosas (fíjense que digo menos numerosas y no menos importantes), bien porque se las ignore o se las olvide en el momento de repartir los paneles, suelen ser las que comienzan la guerra de quitar a otros para poner los suyos, o la simple guerra de arrancar los demás.
Es cierto que muchas veces son los chavales los que arrancan y rompen los carteles, pero en estas circunstancias suele haber intereses al medio y puede hasta “estimularse” la rotura. Todo eso es juego sucio en el más amplio sentido de la palabra, no sólo porque ensucia la ciudad, sino porque en democracia lo importante es respetar a los demás si queremos que nos respeten a nosotros, Yo no sé cuándo los españoles aprenderemos esa lección y dejaremos actitudes dictatoriales como es la de cargarnos la propaganda ajena, cuando lo democrático es respetarla. Hay otra cosa especial en lo concerniente a Cáceres, y es el respeto a la Ciudad Monumental. En otras ocasiones hubo el acuerdo entre los partidos de no utilizar sus monumentos ni calles para las propagandas, y menos para las pintadas, y en líneas generales llegó a respetarse dicho acuerdo. ¿Por qué no acordar algo así ahora?.
Diario HOY, 15 de mayo de 1986

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