sábado, 20 de enero de 2018

¿Realidad o electoralismo?


Poco a poco nos vamos adaptando a los nuevos modos y modas que impone la democracia y toda su parafernalia (¿lo he dicho bien?) electoral de los partidos políticos. Hasta el punto de que muchos pensamos que no son de fiar las promesas que comenzaron por parte de todos ellos, ayer mismo, para terminar tras del escrutinio de las urnas. Hay toda una nueva experiencia en forma de refranes transformados que harían las delicias de Sancho Panza si es que el escudero de don Quijote hubiera llegado a vivir estos avatares que ahora nos disponemos a vivir los españoles: “De promesas políticas y santidad la mitad de la mitad”, ponemos como ejemplo, pudiendo transformar otros muchos como el de: “No debes fiarte de cojera de perro ni de llanto de mujer”, al que podríamos agregar: “ni de promesa electoralista”; o el de “Se coge antes a un mentiroso que a un cojo”, en : “se coge antes a un político en elecciones que a un cojo”, o: “El que mucho promete, poco cumple”, “vale más voto en urna que ciento volando”, etc.
Todo ello viene a demostrar que éstas, para los políticos de turno que aspiran a su sillón, son situaciones anómalas, en las que parece no tienen obligación alguna de cumplir lo que dicen, cosa que puede hacernos caer, al pueblo, en un escepticismo en el que acabaremos no viendo lo que es real y lo que es engañoso.
Confieso que esto es lo que me pasa a mí, y a algunos más, con ese parador de turismo que nos ha prometido para Cáceres el presidente de nuestra Junta, don Juan Carlos, y la iluminación nueva de la Ciudad Monumental. Yo no quisiera dudarlo, pero las circunstancias, los momentos y los refranes, me hacen entrar en la duda de si “será realidad tanta belleza”. ¿Oiga, don Juan Carlos, por qué no nos lo promete fuera de la campaña electoral?.
Diario HOY, 1 de junio de 1986

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