Por lo que a uno le afecta y por la repercusión que tiene o puede
tener en lo local y provincial, no tengo más remedio que referirme a las
manifestaciones hechas al Congreso por el ministro de Sanidad, Julián García
Vargas, que mostró su satisfacción por la subida de las tasas para las bebidas
alcohólicas en un 45 por ciento y para el tabaco en un 15 por ciento, por lo
que pueden representar en la mejora de la salud de los españoles.
El ministro está preocupado por mejorar nuestra salud aunque sea
dañando nuestro bolsillo, hasta el punto de que, sospechosamente, señala que por
la bajada de la gasolina, la mejora de las autopistas y la importación de
coches más potentes, teme un aumento de tasas de muerte en las carreteras, por
lo que, estamos seguros, la solución que buscará el tema será recomendar que la
gasolina suba, no se importen coches potentes y no se arreglen las carreteras.
Desde luego, si comenzamos a sacarle punta a las declaraciones de este
ministro, uno acaba pensando que lo único que lo salva es su parecido con Groucho
Marx, y que lo que ha hecho ante el Congreso es una actuación, para hacer reír
a sus compañeros.
Traduzcamos lo dicho o insinuado por esta lumbrera ministerial a lo
local y provincial: ¿Para qué va a servir la protesta de todos los vecinos de
la zona de Valencia de Alcántara, en petición de que arreglen su infame
carretera?; aplicando el criterio de García Vargas, es mejor no arreglarla
porque se podrá correr más y podrá haber más muertes que las que hay ahora en
que no hay más remedio que marchar despacito; ¿para la salud? Es mejor ir en
burro, no beber más que agua y dejar de fumar, si es que con el criterio de éste
y otros ministros en la subida de impuestos nos queda dinero para comprar agua
y burro.
Les digo a ustedes que estas justificaciones con azúcar están peor.
Diario HOY, 30 de septiembre de 1986
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.