Parece ser que se confirma que la cacereñísima familia Sánchez deja la
representación de “Tabacalera S.A.”,
que ha venido ostentando desde hace un siglo, siendo posiblemente la
representación más antigua del monopolio incardinada en una misma familia. Ayer
mismo, Clemente Sánchez, que es el que ahora la regenta, recibía a dos
inspectores de Tabacalera para ver la forma de rescisión del contrato, que debe
tener sus muchos inconvenientes, porque a lo largo de un siglo de ser el
monopolio en la provincia se deben haber manejado, ganado e invertido muchos
millones de pesetas.
Esto ha sucedido ya, al parecer, en otras provincias españolas en las
que el monopolio, al dejar de serlo, por nuestra entrada en la CEE, se
convertirá en una compañía más que explotará, aparte del tabaco, en lo que
parece ser será una firma más —como en Canarias— otros muchos productos,
enviando un empleado como representante a cada provincia. En fin, que el
monopolio desaparece, y esto tiene aspectos positivos —a la larga— y negativos
de momento, sobre todo para los cultivadores de tabaco, que si ahora quedarán
libres para poder cultivar cuantas plantas quieran y venderlas al mejor postor,
no tienen asegurada la cosecha por un monopolio que, aunque no les dejaba poner
un grano más y les compraba al precio que quería, era un cliente fijo que
aseguraba unos ingresos. Ahora se pondrá más difícil la cosa y habrá que hacer
cooperativas para defender los precios, etc. La que no tiene que agradecerle
gran cosa al monopolio es nuestra provincia que, habiendo sido la que más y
mejor tabaco le proporcionaba a Tabacalera, y deseando tener una manufactura de
cigarrillos aquí, no ha llegado a conseguirlo.
¡Vaya con Dios el monopolio!.
Diario HOY, 21 de agosto de 1986
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