No es que uno sea como el personaje ese que salía en un espacio de
humor de Televisión española diciendo aquello de: “¡¡Esto va fatal, fatal!!”, sino que cuando uno asiste a alguna
sesión de nuestro municipio, más por lo que se cuenta en los pasillos y por lo
que se insinúa, que por lo que allí, “oficialmente”,
se trata, acaba sacando la misma consecuencia de que los asuntos públicos van
fatales y las soluciones, o no se buscan, o no se saben encontrar o no las hay.
No vamos a volver a contarles lo que sucede con el desafortunado
Matadero Frigorífico de Cáceres, que
parece siempre ha tenido el santo de espaldas, que nos quedamos tan a gusto
cuando lo adquirieron un grupo de industriales salmantinos, pero que estos
industriales, tras amenazar con su cierre, se lo largaron a una sociedad, cuyo
gerente ha levantado, legalmente, el vuelo, porque ve la cosa difícil (aunque
milagros “hailos”).
Por si fuera poco, tampoco parece que sea rentable la empresa de
autobuses urbanos y lleva ya tiempo acordado, por el Ayuntamiento, la rescisión
del contrato con la empresa, que dice que no gana un duro para poder tener las
líneas y los autobuses al día. La duda radica en la municipalización o no del
servicio o en dárselo a otra empresa que pudiera actualizar líneas y vehículos,
que parece ser la razón de la denuncia del contrato.
Otro aspecto más, por si fuera poco, (aunque tenga su parte positiva
para el vecindario) es la posible petición, en un futuro, de zonas saturadas
para la “Madrila” y “Peña del Cura”, donde no se podrá abrir
un establecimiento público más. Esto tenía que llegar, porque la continua queja
del vecindario sobre ruidos y otras molestias tenían que acabar e esto y aún en
los cierres de algunos establecimientos que incumplen todas las normas con una
tramitación más acorde con la legislación actual.
Diario HOY, 14 de septiembre de 1986
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