Yo no sé si irá implícito en la personalidad artística el querer
destacar por otra rama del arte distinta a la que se ha destacado, pero el
hecho real es que, artistas que alcanzaron su fama en una disciplina, se perecen
por ser famosos también en disciplina distinta a la suya, en la que tienen
menor oficio. Casos hay muchos y sobre todo entre los pintores. Uno de ellos,
Juan Augusto Domingo Ingres, que vivió entre 1780 y 1867, que fue un ilustre y
fecundo pintor de su tiempo, se empeñó en ser también famoso violinista y como
no alcanzó en ello más que una mediocridad de concertista “amateur”, quedó como famoso el dicho, para esas aficiones enclas
que no se destaca (aunque sea gran artista en otras), de: “El violín de Ingres”. No es que esto sea siempre así, pero sí es
corriente el que un gran artista en una rama del arte, desee serlo por otra
para la que tiene menos disposición y aún él llega a creerse que así es, y que
lo que pasa es que el publico no le comprende, como sucedió con Ingres, que
terminó dando conciertos en su estudio de pintor a todo el que quería oírlos.
Otro caso, descendiendo a lo local, y referido a un genial repujador y
escultor cacereño, ya fallecido, fue el de Eulogio Blasco “El Mudo” al que traté, y que se creía mucho más genial en la
pintura, en la que no destacó aunque consiguió un estilo, y en la poesía con
composiciones dedicadas a Pizarro, al que admiraba, que no tenían ni métrica ni
garra.
Yo no sé si éste será el caso de nuestro genial paisano y pintor Jaime
de Jaraíz, que se ha empeñado en ser músico y compositor. Ojalá no lo sea y
Jaime alcance las mismas cotas de fama que en la pintura en el concierto que
nos ofrecerá en Cáceres, en estreno mundial (que es de agradecer), el próximo
día 5 de julio. Yo así se lo deseo de todo corazón, pero hasta no oírle seguiré
teniendo mis dudas.
Diario HOY, 25 de junio de 1986
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