Lo que realmente vamos a
festejar en las próximas fiestas patronales de San Jorge, el día 23, es una
conmemoración bélica: la toma de Cáceres a los “moros” por el rey cristiano Alfonso IX de León hace siete
siglos y medio, concretamente hace 753 años, si es cierto que Cáceres se tomó
el día de San Jorge de 1229.
Los actos que se han montado
alrededor, por Agustín García, concejal de festejos, recuerdan poco la
conmemoración bélica y de ahí que haya querido este año volver a resucitar las
comparsas de “moros y cristianos”
dando premios a los que mejor se presenten. Hemos estado a punto de que el
premio se lo hayan tenido que dar a Gadafi y Reagan conjuntamente… pero esto es
harina de otro costal, que no tiene nada que ver con nuestra conmemoración
local, aunque las implicaciones salvado el tiempo, fueran parecidas.
Lo que sí pasa es que los
cacereños de ahora nos preguntamos: ¿Y qué queda aparte del recuerdo, de aquel
tiempo?. Pues exactamente casi de la fecha, aparte de que tengamos monumentos
anteriores y posteriores, como las murallas —por señalar alguno—, nos quedan
dos torres octógonas, la “Desmochada”,
al S.O. y la de “La Mora”, al N.O., gemelas
ambas y hechas, según el historiador José Ramón Mélida, en 1220, previendo el
ataque del rey leonés que bajaba, cada vez con más frecuencia, a Extremadura.
Estas torres cacereñas son
semejantes y coetáneas a las del Castillo de Badajoz y a la célebre “Torre del Oro” de Sevilla, y todas ellas eran de las
llamadas “torres bermejas” por lo del
rojo del tapial de que están formadas. De las dos cacereñas, sólo una se
conserva perfectamente completa, como es la de “La Mora” que, modernamente, se ha llamado “Torre Redonda” (aunque no lo es)
“Torreón de Perate”, por
haberse establecido en su interior, a principios de siglo, un fotógrafo de este
nombre.
Diario
HOY, 18 de abril de 1986
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