Esperábamos que tras tres años de mandato socialista la ola de “cambianombres” y “descuelgarretratos” había pasado finalmente a la historia en bien
de la democracia, pero nos equivocamos.
A estas alturas el primer teniente de alcalde Marcelino Cardalliaguet,
quiere presentar una moción al Pleno del Ayuntamiento proponiendo cambiar el
nombre de la Plaza del Alférez Provisional por el de Plaza de Europa. Aunque él
habla de que con el cambio no pretende más que rendir homenaje a nuestra
entrada en el Mercado Común, son muchos los que piensan que al edil le chincha
que dicha plaza siga llamándose así, quizás porque le recuerda un pasado
próximo del que, al parecer, no está demasiado satisfecho. No digo yo que
Marcelino fuera alférez provisional, porque no tiene edad para ello, pero pudo
ser alférez de las milicias universitarias, herederas de las anteriores. No lo
sé. Lo que sí sé es que Marcelino Cardalliaguet estudió en la Escuela de Mandos
“José Antonio” para lograr el título
de oficial instructor del Frente de Juventudes y que después fue delegado
provincial de la O.J.E. en Zamora o Salamanca, cosa que en cuanto a lugar no
tengo totalmente segura. Lo que sí puede afirmarse es que Marcelino no es
socialista de toda la vida ni venido del exilio, sino “socialista converso”, y que como tal es mucho más drástico en sus
decisiones que los “históricos” que
no tienen que “lavar” su pasado. Y digo esto sin ánimo de ofenderle, sino
tratando de poner las cosas en su sitio y para que se sepa que a Marcelino le
salieron callos en la garganta de cantar el “Cara a sol” mientras enseñaba las doctrinas joseantonianas a los
jóvenes de hace algunos años. Es posible que después se sintiera equivocado y
pensando que de sabios es rectificar, rectificara; pero lo que no está bien es
que ahora venga de “cambianobres” de
lo que sus compañeros de corporaciones anteriores establecieron. La democracia
es también respeto a lo anterior mientras se asumen nuevos caminos.
Diario HOY, 7 de noviembre de 1985
El Sr.
Cardalliaguet envió al Diario Hoy un escrito de respuesta a esta “Ventana”, que
fue publicado en la página 15 del número correspondiente al 10 de noviembre en
los siguientes términos:
La “limpieza de sangre” política y los “conversos” del PSOE
Marcelino
Cardalliaguet Quirant
Una referencia tan concreta y puntual a mi
persona y a mi biografía, como hace el señor García Morales en su sección “Ventana a la Ciudad” del periódico
“HOY”, con fecha 7 de noviembre, creo que merece un punto de agradecimiento y
algunas precisiones históricas; ya que, aunque de forma general, el cronista se
ajusta a la verdad en la mayoría de su breve artículo, hay algunas
tergiversaciones notables que podrían llevar a error al paciente ciudadano que
se interesare por mi peripecia política o por mi actitud hacia épocas
históricas pasadas.
En primer lugar, debo aclarar que no tengo
por qué “lavar” ninguna página de mi
pasado juvenil, ya que todas ellas están limpias y transparentes, como
cualquiera puede comprobar en los numerosos expedientes personales que jalonan
mi vida profesional y política; puede el señor García Morales bucear en esas
páginas, ya un tanto apergaminados por los años, y no encontrará: ni sangre de
guerras o “depuraciones”, ni “chanchullos” económico – patrióticos—
que tanto proliferaron en el régimen imperante de mis años mozos, ni pistolones
entre la ropa del armario.
Canté el “Cara
al sol” junto con la mayor parte de mi generación; y ahora canto la “Internacional” casi con las mismas
gentes que entonces, si eliminamos a los fanáticos y a los nostálgicos
trasnochados; por ninguno de los dos himnos he sentido callosidades en la
garganta.
Aprendí, y enseñé a los jóvenes que quisieron
oírme, aquellas doctrinas “joseantonianas”
que hablaban de nacionalizar la banca privada, la tierra, las fuentes de
energía… que exaltaban la dignidad y la libertad de la persona humana… que
propugnaban la unidad y la diversidad de los pueblos de España. De aquellas
doctrinas acepté o rechacé lo que mi razón me dictaba, y no tuve por ello ni el
más pequeño problema moral ni político, aún estando en la Academia de Mandos “José Antonio”; pues así fue,
precisamente, donde tuve la mejor ocasión de leer a Marx, a Gramsci, a Darwin,
a Hobbes, a Maquiavelo y a otros muchos autores condenados por la “inquisición” franquista, ya que la
Academia custodiaba una espléndida biblioteca, —seguramente requisada a alguna
institución cultural madrileña— no expurgada por la “furia” anticultural del régimen.
Ingresé en el PSOE cuando libre y
conscientemente lo consideré oportuno, y nadie me pidió que presentase una
declaración de “pureza de sangre”
política; cosa que se hacía abusivamente en el régimen franquista con sus
famosos “certificados de adhesión al
Movimiento”, o los “expedientes de
depuración política” a los desafectos, o las tristes Leyes de “Represión de la Masonería y el Comunismo”
que ningún español decente podrá recordar con agrado.
Este ingreso en un partido político
democrático, defensor de la justicia y de los Derechos Humanos, progresista y
revolucionario no ha significado ninguna rectificación o “cambio de rumbo” en mi ideología. Lo que aprendí de joven, lo
practico de viejo: honradez, honestidad, responsabilidad en el trabajo, y en el
cargo político, cooperación en las tareas públicas y respeto a la libertad de
los demás.
¡No hay “conversos”
señor García Morales; y si los hay como lo soy yo, podemos recibirlos con los
brazos abiertos!
La propuesta del cambio de nombre de una
plaza de Cáceres que se propone hacer al Pleno del Ayuntamiento el Grupo
Municipal Socialista, no responde —como usted cree— a un propósito revanchista
o “purificador”, como hicieron los
grupos franquistas sublevados en todas las ciudades españolas durante y después
de la Guerra Civil, quitando nombres tradicionales e históricos para poner los
suyos propios, sino a una explicación más simple y racional: conmemorar el
ingreso de España en la Comunidad Europea, por considerarlo un hito histórico
que debe quedar reflejado en la trama urbana cacereña.
Nada tenemos contra el alférez provisional;
aunque con el paso de los años, habrá dejado ya de ser “provisional” y, suponemos, que también habrá ascendido y ya no será
“alférez”. Por esto pensamos que es
una lástima que una de las glorietas más bonitas de Cáceres esté dedicada a una
persona que no existe de una época que queremos olvidar, mientras Europa —cuna
de la civilización occidental y cristiana— se queda alejada y olvidada de los
cacereños.
El autor es concejal del Ayuntamiento de
Cáceres.
Esta respuesta del Sr. Cardalliaguet fue, a su
vez, respondida por Fernando García Morales en la Ventana del 13 de noviembre
titulada “Una cuestión de olores”.
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