Surgió como de pasada en el último pleno de la Diputación provincial y
parece ser que ello vino a desvelar un “secreto”
que se esperaba hubiera anunciado “oficialmente”
el presidente de la Junta de Extremadura, Rodríguez Ibarra, en su próxima
visita a Cáceres. Era un secreto un poco a voces, porque aunque no se hubiera
dicho oficialmente, casi todo Cáceres sabía que el palacio que la Diputación ha
comprado en la calle del Olmo era para un parador que se haría a base de los colindantes
de la Delegación de Cultura, el del Comendador de Alcuéscar, la Hostelería del
Comendador y, posiblemente, otra casa más próxima en cuyo trato se ha estado,
aunque no llegó a concretarse nada.
Esos inmuebles son ahora de la Junta y unidos a esta adquisición de la
Diputación y a alguna otra que podría hacerse, formarían un complejo suficiente
como para montar en él ese parador de turismo que Cáceres demanda desde hace
muchos años y que hasta lo de ahora no ha sido nadie capaz de conseguir. Si la
Junta de Extremadura lo logra nos habrá hecho un magnífico servicio, lo haya
anunciado o no Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Los cacereños nos importa mucho que la gestión continúe y llegue a feliz
término porque si Cáceres logra la designación de “Patrimonio de la Humanidad”, necesitará más alojamientos hoteleros
y sobre todo, si uno de ellos, aunque sea de una treintena de habitaciones,
está en el mismo corazón de la Ciudad Monumental le habrá dado vida al conjunto
y ocasión, al turismo de élite, de alojarse dentro de una magnífica ciudad medieval
conservada tal como estaba en su tiempo. Como aquí siempre solemos “jugar a la contra” habrá hoteleros establecidos
a los que puede no caer del todo bien la noticia, por la competencia, pero
estimamos que en Cáceres hay suficiente “materia
prima” como para que todos vivan y se ofrezcan alojamientos de categorías
diversas.
Diario HOY, 22 de diciembre de 1985
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