Estoy en contra de los enfrentamientos, sin más. De esos que suponen
lo de: “¿Qué ha dicho ese?... que yo me opongo”, sin mayores razones, y esto es
lo que me pareció a mi ayer la postura del Grupo Popular en el Pleno de la
Diputación oponiéndose a la compra de un palacio en el barrio monumental,
aduciendo una serie de razones que no eran de recibo. Cierto que los
socialistas querrán capitalizar la compra de ese palacio y ello es lógico, pero
por sistema no todo lo pueden hacer mal, como tampoco el grupo popular puede
hacerlo todo bien. En las gestiones de los partidos hay aciertos y desaciertos
y para mi, la compra de ese palacio tiene más de lo primero que de lo segundo,
y voy a explicarlo. Según decía el hombre que ya es historia del periodismo en
Cáceres, Dionisio Acedo, los palacios de la Ciudad Monumental “son nuestros futuros pozos de petróleo”,
de los que puede venir mucho del progreso de Cáceres, con el turismo y lo
relacionado con ello. Si nosotros, los cacereños y los organismos de Cáceres,
no nos ocupamos de que esos “pozos de
petróleo” se mantengan sin venirse abajo, no sabemos quién va a hacerlo en
nuestro nombre.
Es ingenuo decir que como la UNESCO puede declarar a nuestra ciudad “Patrimonio de la Humanidad”, será la
UNESCO la que pase a conservarlos. En los organismos internacionales rige el
lema de: “Ayúdate y te ayudaremos”,
por tanto la ayuda de estos organismos, si llega, suele ser más bien moral y
simbólica; tampoco nos ayudará la Junta, si no somos nosotros los primeros en
autoayudarnos, lo que también es lógico; por lo que la oposición, en el Pleno
de ayer, estuvo más bien desacertada y para decir las cosas claras: como
tomándose una rabieta por lo que en el fondo consideran un acierto de los socialistas.
Tenemos, creo, que aprender a ser más serios y ponderados, y cuando el “enemigo” político lo hace bien, tener la
generosidad de reconocerlo.
Diario HOY, 21 de diciembre de 1985
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