
Según estas notas del amigo Benigno, estas verdades surgieron en una
conversación entre el banquero y el estudiante, a cuenta de atravesar el Tajo
con motivo de una romería. Al parecer la gente atravesaba desde Talaván a Casas
de Millán, en barca, por el sitio contiguo a la pintoresca y solitaria ermita
de Nuestra Señora del Río, patrona de Talaván. Al parecer, entiendo por las
notas que me envía, que en Talaván denominaban “barqueros” a los romeros que por este método llegaban a la fiesta
que se celebra el segundo domingo después de Pascuas de Resurrección, con
actuación del tamborilero de Pedroso de Acim. Así debió llegar el estudiante al
que el barquero no quiso cobrar la tasa, con lo que éste exclamó: “¡Pues si a todos cobra usted lo que a mí,
no sé qué narices hace aquí!” “Esta
es la mayor verdad que me han dicho” —dijo el barquero—, que agregó estas
dos verdades más: “Mejor es pan duro, que
no tener ninguno” y “El zapato,
aunque malo, vale más en el pie que en la mano.”
Y hasta ahí las verdades que me envían, con las que estoy conforme y
agradezco aunque mi sospecha es que debe haber alguna más porque el pueblo
suele decir: “las cuatro verdades del barquero”, y esas no son más que tres.
¿Sabe alguien más la cuarta”.
Diario HOY, 21 de marzo de 1986
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