En su discurso de ingreso a la Real Academia de Extremadura, Carlos
callejo señalaba que al lado de la llamada “Leyenda
Negra” española, se venía alzando una “Leyenda
Gris” sobre nuestros conquistadores, que los hacía ver como hombres sólo de
rapiña o como pobres emigrantes, que no fueron allí más que buscando oro, la
comodidad de un trabajo, porque no tenían otro en la península. Lo malo de todo
esto —que también señalaba Callejo— es que los propios extremeños hacemos coro
a esa leyenda que nos viene de fuera.
Yo estoy de acuerdo con él, pero pienso que ese oficio de “corifeos”
nos viene dado por la ignorancia de nuestras propias cosas, porque puestos a
analizar, como suele decirse, con la mano en el corazón, dígame qué libros
sobre las hazañas de nuestros antepasados hemos leído cada uno de nosotros.
Dicho de otro modo, nosotros somos los más ignorantes de las gestas que
nuestros antepasados realizaron y, si acaso, hemos leído algún libro general
escrito por algún extranjero en el que se arrimaba el ascua a la propia sardina
del autor, insistiendo aún más en esa leyenda generalizada de la que se nos
tilda. Es un poco seguir a Chamizo cuando dice: “Fazañas que los nuestros dejaron sin contarlas endispués de jacerlas.”
Pero lo curioso es que, si los nuestros no las contaron, hubo otros
que participaron con ellos en la conquista, que sí que las contaron —como suele
decirse— de primera mano. Esto es lo que nos interesaría saber y buscar esos
libros de “primera mano” en que estas
hazañas se cuentan, sin la “mala uva”
que otros autores más modernos, y extranjeros, le echaron posteriormente… Pero
es que leemos tan poco los extremeños.
Bien, como estamos en la Semana del Libro, yo me voy a permitir
recomendarles uno que ha editado la Institución cultural “El Brocense” y que puede servir para que los de nuestra tierra
conozcamos, de primera mano, lo que hicieron Pizarro y los suyos —primero 13 y
luego solo 160 hombres— en la conquista de un territorio tan amplio como el
Perú, enfrentándose a un ejército organizado de más de 50.000 indios dirigidos
por Atahualpa y sus generales que no eran precisamente soldados bisoños ya que
hacían vida de la guerra.
El libro se titula: “Caballeros
de espuela dorada”, es autor del mismo Jorge Ernesto Funes. Puedo decir de
él que jamás podrán leer un libro de aventuras más emocionante, y podría
agregar que más imaginativo si es que las hazañas que en él se cuentan no
fueran reales, pero da la casualidad que lo son porque las narran los testigos
presenciales de los hechos.
El autor se va a las crónicas originales y olvida las escritas posteriormente
por gentes que no estuvieron presentes en ellos. Hagan la prueba y verán cómo
existe en realidad esa “Leyenda Gris”
de la que habla Carlos Callejo.
Diario HOY, 27 de abril de 1983
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