jueves, 28 de septiembre de 2017

La Berrocala y su promotora


(Incluida en el libro “Ventanas a la Ciudad”)
Vamos a seguir con la historia de algunos de nuestros barrios. En esta ocasión le ha tocado el turno al barrio de “La Berrocala”, ya en pleno corazón de Cáceres, cuyo nombre debe a una mujer que fue famosa en Cáceres a finales del pasado siglo.
En Cáceres siempre ha habido mujeres de rompe y rasga, y una de ellas fue Teresa Berrocal, persona de gran relieve popular, mujer alegre y dadivosa, de vida un tanto relajada pero lista y simpática como pocas. Teresa Berrocal, a la que el pueblo conocía como “la Berrocala”, era baja y regordeta, pero graciosa, ingeniosa y decidora, hasta el punto de enloquecer a los hombres y ser famosas sus relaciones y aventuras con ellos, aun a pesar de estar casada. Como se dice en el Tenorio, sus amores recorrieron toda la escala social; fue líder del Partido Liberal ayudando en las elecciones al Marqués del Reino y otros liberales de su época.
Era mujer emprendedora y tuvo una taberna atendida por ella y su marido, en la que ganó un gran capital, y hasta una vacada de reses bravas en lo que hoy son terrenos del campamento de Santa Ana. Ella proporcionaba precisamente el ganado que se corría en nuestro coso taurino en las fiestas populares y hasta fue torera en ciernes, lo que le valió salir en romances y cantares, algunos de ellos desvergonzados, como ese que comienza: “A la Berrocala la ha cogido el toro...”
Fue la promotora del barrio conocido por “La Berrocala”, cuyas primeras casas las hizo a sus expensas, en las inmediaciones de la ermita de Santa Gertrudis, que entonces era campo. Allí quedó su nombre, y allí quedó su dinero que lo dilapidó por un exceso de generosidad en aventuras electorales y amorosas, ya que fue pródiga en todo ello, hasta el punto de morir pobre y tullida.
Solía vestir, según algunos escritores de la época, con el ropón de las artesanas acomodadas, y era pieza clave en la vida social del Cáceres de entonces, socorriendo a cuantos menesterosos solicitaban su ayuda económica. En definitiva, fue una buena mujer, aunque alegre para su tiempo, donde estas cosas salían de ojo.
En el barrio quedó su nombre y en los cantares el recuerdo de sus aventuras taurinas.
Diario HOY, 6 de mayo de 1983

NOTA.- Como a muchos de los lectores de este blog no les sonará la letrilla de “La Berrocala”, la insertamos completa a continuación:
A la Berrocala la ha cogido el toro
y metido el cuerno por el as de oros.
A la Berrocala la ha vuelto a coger
y metido el cuerno por ahí otra vez.

(Nota de Teófilo Amores)

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