Hablando con el músico cacereño Pedro Cámara que aparte de mantener
una orquesta ligera, es y ha sido un recogedor de nuestro folklore, por lo
mucho que ha trotado la provincia, me decía que muchas de nuestras tradiciones
musicales folklóricas se tocaban con ligeras variantes en otros sitios de
España. Nos ponía como ejemplo la propia jota de Cáceres, el popular “Redoble”, que sin grandes variantes se
mantiene en pueblos de León o Soria, también como música propia. “Lo que yo ya no sé —agregaba— es si esa música bajó de estos pueblos a
Cáceres, o si fueron los que de esos pueblos bajaron los que la tomaron de
Cáceres”.
La apreciación es correctísima porque nuestra cultura, sobre todo en
el campo folklórico y popular, se hizo de aluvión, o sea, de lo que trajeron
los que a nuestra tierra bajaron, principalmente con ganado trashumante, a
invernar en ella; práctica ésta que se pierde en los siglos. Por lógica, esas
gentes trajeron sus propias canciones y su propio folklore y llevaron a sus
respectivas tierras el que aquí aprendieron, como llevaron o trajeron las costumbres
y aún cosas tan populares como la cocina.
Muchas de las iglesias o casas fundadas en Cáceres lo eran por
ganaderos que bajaban a invernar aquí con sus ganados, que más tarde crearon la
Mesta, asociación ganadera de gran fuerza y prestigio que casi duró hasta
nuestros días.
Ejemplo de ello ya he señalado en la propia creación de la iglesia de
San Juan, que se llamó —por razones apuntadas— “de los ovejeros”. Otra ermita desaparecida y convertida en casa de
vecindad es una que existe en el inicio de la calle Fuentenueva, en la que
existía un mosaico (que se ha llevado al Museo) con la imagen de la Virgen de Balvanera, y perteneció a otra
hermandad de ganaderos, no sé si de León o Soria, que también dejaron huella aquí,
como puede apreciarse por el origen, no ya de tradiciones, sino de muchas
familias cacereñas descendientes de esos puntos, o de puntos más alejados aún.
En cuanto a apellidos, por ejemplo de origen vasco, hay un montón de
ellos en Cáceres con arraigo ya de siglos, como pueden ser: Uribarri Ibarrola,
Artaloytia, Agorreta y otros muchísimos más, sin citar otros que por ser
comunes al resto de España no señalaban ya origen ninguno, pero que también
vinieron en ese aluvión de gentes que nos dejó lo suyo y se llevo también lo
nuestro.
Diario HOY, 8 de febrero de 1983
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