viernes, 29 de septiembre de 2017

El “milagro” de Las Minas


Hay algo de la historia próxima de Cáceres que causó gran impacto en su tiempo, y ahora está totalmente olvidado. Nos referimos a lo que se conoció como: “El milagro de la niña de Las Minas”, que trajo pendiente de ello a todo Cáceres, que durante unas semanas “peregrinaba” a Aldea Moret para ver si el “milagro” anunciado se producía, y estamos por asegurar que también a media España, ya que aquí vinieron por simple curiosidad particular hasta el obispo de Salamanca y algún otro prelado para ver qué sucedía con aquello.
La cosa surgió porque una niña, de esa barriada que aún era minera, comenzó a decir que veía a la Virgen y que hablaba con Ella todas las tardes, en unas ruinas de un descampado próximo, donde nos concentrábamos, como en una romería, todos los cacereños de aquel entonces llegados allí por los más diversos medios, hasta el punto de que los taxistas hicieron su agosto. La niña que tendría unos seis años, se arrodillaba y hablaba con alguien que los demás no veíamos. En alguna ocasión anunció que ocurrían cosas extraordinarias y hasta algunas personas vieron girar al Sol, se desmayaban y hasta hubo un caso de muerte repentina de una joven, al regresar de ver “los milagros”.
Aquello debió producirse por los años 43 al 45, ya que el obispado de Coria era sede vacante, y Fray Francisco Barbado último obispo, que lo era a la sazón de Salamanca, se desplazó para ver el fenómeno. Algunas tardes llegaron a cerrarse los centros de enseñanza, para permitir que los estudiantes fueran a Las Minas y el asunto trajo revolucionado a todo el Cáceres de aquel entonces.
Lo más curioso era que los que más creían en el “milagro” eran los descreídos. Recuerdo a un viejo minero que se confesaba ateo y rojo, hasta el punto de que para estornudar, en vez de decir “¡¡Atchíis!!”, como todo el mundo, decía: “¡¡Rusiaaaa!!”, y nosotros, estudiantes entonces, no sabíamos si decirle “¡Jesús!” o “¡Stalin!”, hasta que su mujer nos indicó que le dijéramos “¡Salud!”. Pues bien, este viejo estornudador (no sé si por la silicosis), era el más adepto a las apariciones llegando a decirnos que él no creía en Dios, pero sí en la Virgen que veía la niña y que hasta él mismo había llegado a ver. En definitiva, un verdadero revuelo que duró unas semanas para desaparecer, sin que nadie volviera a acordarse del mismo.
Diario HOY, 14 de mayo de 1983

NOTA.- La niña se llamaba Mercedes Trejo Medina y falleció en Cáceres el 9 de febrero de 2009, a los 69 años. Su funeral se celebró en la parroquia de San Eugenio, en Aldea Moret. Estaba casada y tenía un hijo.

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