Mi buen amigo Mariano Mariño, recientemente elegido de nuevo democráticamente
—como se dice ahora— decano del Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Cáceres,
que tiene ya historia desde que naciera en 1794, cuatro años después de
instalarse la Real Audiencia de Cáceres en 1790 ha tenido la amabilidad de
enviarme un folleto, recientemente editado, que recoge su conferencia sobre el
tema: “La abogacía y los abogados”,
que pronunciara dentro del ciclo de conferencias conmemorativas del centenario
del Cuerpo de Abogados del Estado y que hasta incluye el prólogo o presentación
que de la misma hiciera el también ilustre abogado cacereño, Carlos Murillo
Bernáldez.
Aparte de agradecer el envío, he leído con fruición la publicación ya
que en ella hay un indudable estudio histórico del tema propuesto, pero
expuesto con una amenidad y desenfado que prenden al lector desde el primer
momento de iniciar la lectura, para no dejarla hasta tenerla totalmente
terminada y quedar si se quiere, con “sabor
a poco” por aquello de que “lo bueno,
si corto, es doblemente bueno”.
Recordaba yo, leyendo el librito, a otros ilustres abogados cacereños
que manejaron la pluma tan bien como la toga y que dejaron obra escrita y
amenísima que todavía se busca y se lee con verdadero interés, como podrían
ser, por solo citar alguno: don José Ibarrola o don Publio Hurtado, en cuya línea
de buenos abogados y escritores se encuentra Mariano Mariño.
Me consta además que es hombre interesado por la historia profesional
de la abogacía cacereña y que tiene escrito, sin publicar, una serie de
amenísimas anécdotas y sucedidos en este campo que podrían formar ese libro que
Mariano Mariño “nos debe” a todos los
cacereños.
Recordaba también los muchos escritos que sobre tema profesional dio a
la estampa, aparte de otros de materia variada, don José Ibarrola; o bien el
libro de don Publio Hurtado sobre la “Real
Audiencia de Extremadura y la abogacía de Cáceres”. Pienso que aquéllos
escribieron el inicio de unas historias que podría muy bien continuar y aun
completar, con lo acaecido posteriormente, nuestro Mariano Mariño, al que más
de una vez —y por el conocimiento que tengo de ese archivo suyo— he animado a
hacerlo.
En definitiva, que es lo que quería decir, que agradezco el envío de
esa publicación, pero Mariano “nos debe”
a los cacereños ese libro de que hablo.
Diario HOY, 26 de enero de 1983
Buenas noches, Fernando.
ResponderEliminarNos gustaría como Plataforma del Paseo Alto (PASEO DE IBARROLA) saber más de la vida y obra del Sr, Ibarrola, pero poco encontramos al menos en la web.
Si está interesado ayudarnos nuestro eMail es
plataformapaseoalto@gmail.com
Un saludo