Acabamos de elegir el segundo alcalde socialista de la historia de los
ayuntamientos de Cáceres. Así lo decía ayer en su discurso de aceptación del
cargo el propio alcalde elegido, Juan Ángel Iglesias Marcelo, que tuvo un justo
recuerdo para varios alcaldes que le precedieron, comenzando por el primer
alcalde socialista de nuestra historia, cuya memoria estiman todo los cacereños
de cualquier idea y de buena voluntad, Antonio Canales González, que lo fue en
el periodo de 1931 al 1934 y en el periodo de 1936, hasta la guerra civil en
que fuera encarcelado y, posteriormente, de forma injusta —que también esto hay
que decirlo— fusilado por esos azares de la guerra, que es injusta sea la
guerra que sea.
Elegantemente, y con la ponderación que le caracteriza, Iglesias
Marcelo no quiso cargar tintas sobre el hecho histórico y sólo dijo: “muerto en trágicas circunstancias, que nunca
deberían repetirse”.
Recordó también a otros alcaldes: Antonio Silva, catedrático, que fue
también profesor suyo; Luis González Cascos, como primer alcalde de la
democracia, y Manuel Domínguez Lucero, su antecesor y amigo, aun a pesar de las
diferencias ideológicas de ambos, con el que le había sido grato trabajar.
Nosotros, que estimamos las indudables dotes del nuevo alcalde, desearíamos
que su gestión, que él ha matizado quiere ser a favor de todos y cada uno de
los cacereños, tuviera las virtudes positivas que caracterizaron a cada uno de
esos alcaldes: de Canales, el deseo de poner Cáceres por encima de todo; de
Silva, su sapiencia; de Cascos, su talante de saber escuchar, y de Domínguez
Lucero, su tesón y su quehacer incansable.
Pero ello para nuestro nuevo alcalde va a ser una prueba difícil, y él
no debe desconocerlo. Por remontarnos sólo a Canales, diremos que precisamente
por ser moderado y de todos, sufrió las más acerbas críticas de los extremistas
de su propio partido, de las que supo salir airoso pero a base de sinsabores y
disgustos, porque la moderación tiene estos inconvenientes aunque de
remontarlos depende la futura gloria, que en el caso de Canales es ya historia
indiscutible.
¿Sabrá Juan Iglesias pasar la difícil prueba?, esta es la interrogante
que se abre en su gestión, para la que deseamos sepa guardarse de los de dentro
y de los de fuera.
Diario HOY, 24 de mayo de 1983
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