Los hombres pasan, las cosas quedan. Eso pensaba el otro día en los
actos de entrega de trofeos a los “extremeños
del año”, que organizado por la “SER”,
tuvo como marco el Complejo Cultural San Francisco.
No me voy a referir a el acto, que está suficientemente comentado, sino
al entorno en que se realizó, que es asombro de propios y extraños y que , todo
hay que decirlo, muchos cacereños no conocen aún y comenzará a conocer cuando
los de fuera comenten que aquello es un lugar idóneo y único.
Es curioso este fenómeno de valoración que por regla general nos tiene
que venir de fura; pero sin entrar en lo que pudiera ser filosofía de este
hecho, tenemos que reconocer que la labor que va quedar tras su gestión, que
ahora termina, Jaime Velázquez, con todo lo discutido que ha sido, va a entrañar
una serie de aspectos positivos que no debemos discutir, sino es para decir:
ahí está todo eso que queda y preocuparnos en que los que lleguen sepan
conservarlo, porque deshacer es fácil, pero hacer no lo es tanto y, sin que
esto pueda parecer un cobeo a don Jaime, tenemos que reconocer que su paso por
el organismo provincial de la Diputación ha tenido todas estas obras positivas
entre las que, para nuestro modo de ver, figura en primer lugar la creación de
esta Institución Cultural “El Brocense”
y ese complejo de San Francisco, sacado de un viejo caserón, al que se le ha
actualizado dándole una función trascendente, hasta el punto de que, no sólo lo
que en él se organiza —como podrían ser los “Otoños Musicales”— sino el propio marco y entorno del complejo ha
sido un rescate que ahí está para comprobación de todos.
Sin duda, alguno pensará o dirá: ¿Y todo ese dinero invertido? Pero la
respuesta puede ser que el dinero es precisamente para invertirlo, aunque el
orden de valoración de la inversión pueda ser discutible, pero hay algo que no
puede escapársenos y es que Jaime Velázquez ha montado una infraestructura cultural
que nos faltaba a altos y bajos niveles y aunque él se marche de la política o
la gestión, esa infraestructura va a quedarnos. El que sepan o no conservarla
los que vengan es ya harina de otro costal, pero la aportación de una gestión
hay que reconocerla y eso es lo que quiero expresar ahora, por simple justicia
y sin vinculación ninguna a Jaime Velázquez, que por marcharse, tampoco
necesita de campañas electorales.
Diario HOY, 12 de abril de 1983
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