Comenzando en la noche del jueves,
ayer viernes fue el día fuerte de una tradición muy cacereña como es el besapié
a la imagen titular de la viejísima Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Esta imagen que muchos años se creyó era obra de Montañés, ya que tiene
categoría para así pensarlo, fue datada finalmente por el ya fallecido
investigador Tomás Pulido, que logró encontrar los documentos de compra de la
misma que vinieron a poner en claro que su autor era Tomás de la Huerta, que la
realizó para la Cofradía en el siglo XVII. Pues bien, la Cofradía es muy
anterior a la adquisición de la imagen, con lo que queremos decir que sus
costumbres y cultos están arraigados en el pueblo de Cáceres desde hace muchos
siglos, porque la Cofradía agrupó en un principio a los hortelanos y después a
lo más popular de la villa. Su incardinación ha estado, también desde hace
muchos siglos, en la iglesia parroquial de Santiago y como dicha iglesia lleva
un montón de años en obras, éste será un año más en el que el multitudinario
besapié del Nazareno tenga que celebrarse en la pequeña ermita de La Paz de la
Plaza Mayor, donde está albergada la parroquia, sin que se sepa cuando acabará
este “exilio” y el culto, la parroquia
y sus cofradías vuelvan a su casa materna.
Explicamos todo esto para que el
lector sepa que la Cofradía y la parroquia “están de prestado” en la ermita y
que extraña el que unas obras, de las que se ha dicho un montón de veces que
acabarían enseguida, se prolonguen tanto y nadie sepa cuándo van a acabar del
todo. En esto de las reparaciones monumentales, sean del tipo que sean, en
Cáceres hemos dado un paso atrás enorme. No sabemos si por haber pasado el
asunto a la Junta Regional, complicándose más las cosas que cuando éramos “centralistas”, o por la razón que sea,
pero en Cáceres tenemos una “inoperancia
monumental” que no hemos tenido en tiempos anteriores.
Diario
HOY, 8 de marzo de 1986
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