Es posible que haga unos 118 años que la Corporación municipal no se
reunía fuera de su palacio, como sucedió con el Pleno celebrado en la tarde de
ayer que, por obras en el salón de actos de la Casa Consistorial cacereña hubo
de celebrarse “de prestado” en el
salón de actos del Palacio Provincial, cedido gentilmente por la Diputación.
Decimos lo de que es posible que esto no sucediera hace 118 años,
porque las obras del actual Palacio Municipal se terminaron e inauguraron hace
ese tiempo, por lo que, históricamente al menos, nosotros no conocemos otra
salida de la Corporación para reunirse fuera de su palacio.
Ordenando un poco los datos, para los curiosos de la historia
cacereña, diremos que nuestro Fuero, dado por Alfonso IX de León en el siglo
XIII, obligaba a que el Concejo se reuniera entre las torres del Horno y de la
Yerba, razón por la que todos los Palacios Municipales han estado entre ellas y
fuera de muralla. Se hacía la salvedad de que, de estar sitiada la villa, la
reunión se celebraría “a campana tañida
bajo la finestra de Santa María”. Total que la primera Casa Ayuntamiento,
que era un edificio chiquito, estuvo en lo que hoy es el “Foro de los Balbos”, entre las citadas torres. Cuando esa casa entró
en ruinas, provisionalmente, el Ayuntamiento se trasladó a la iglesia del
Salvador (desaparecida ya y que estuvo en la Plaza Mayor), para volver a su
lugar en 1554, tras la reconstrucción de la antigua casa que, tres siglos después,
en 1860 vuelve a entrar en ruinas, tomándose el acuerdo de construir el palacio
actual, emplazado también entre las torres a que obligaba el Fuero, y cuyas
obras terminaron en 1869. Durante ese tiempo, el Consistorio se reunía en el
Palacio de la Generala, donde hoy está la Facultad de Derecho que, teóricamente,
está también emplazado entre las torres del Horno y la Yerba.
Diario HOY, 15 de marzo de 1986
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