
La llegada del cometa a principios de nuestro siglo fue algo que
interesó al mundo entero. Alguien afirmó que su cola podría incendiar la atmósfera
terrestre y provocar el fin del mundo, y ello llegó a producir hasta suicidios
entre los timoratos. El cometa estaba en todo, hasta en las canciones de los
espectáculos en uso. De esa época es la “Corte
del Faraón”, que recoge aquella canción de: “Todas las chicas de Babilonia miran al cielo, aunque temblando porque
les gusta ver el cometa y no se cansan de verle el rabo.” En fin, que todo
giró alrededor de ese acontecimiento.
Uno de los puntos señalados entonces para verle bien, fue la localidad
cacereña de Navalmoral de la Mata y a ella se descolgó medio Madrid y media
España, el 20 de abril de 1910, terminándose las existencias de todo lo “comestible” y “bebestible” del lugar y teniendo que improvisarse barracones para
alojamiento de los visitantes. Algún comerciante moralo hizo su agosto entonces
vendiendo como típicos unos “pañuelos del
cometa”, que no eran más que pañuelos del cuello que tenía almacenados y
sin salida desde hacía mil mundos. En fin, que el cometa pasó ya por Navalmoral
a bombo y platillo hace 75 años.
Diario HOY, 16 de noviembre de 1985
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