Sin que nosotros seamos unos segismundos Freud, que era el
interpretador más grande que ha habido de los sueños, vamos a dar, por
entretenimiento de nuestros lectores, y ya que las fechas son las propicias
para vaticinios, algunas tradiciones extremeñas sobre la interpretación de lo
onírico, o sea de los sueños.
En el pueblo cacereño de San Martín de Trevejo, existía la tradición
de que cuando una persona se sueña con otra persona muerta, ello lleva
implicado un mensaje que se puede interpretar de varias maneras: si el difunto
aparece en forma de paloma, es que está en la Gloria y su misión es la de
aconsejar y proteger al durmiente.
Si el aparecido lo hace en forma humana es que viene a pedir oraciones
y misas para salir del Purgatorio, que es el lugar donde se encuentra. Pero si
el difunto soñado se presenta como: gato, perro, mochuelo o “bicho” en general, es que está en el
infierno y Pedro Botero le ha dado permiso “de
sábado a lunes” para atormentar a los vivos.
Otros sueños creídos en nuestra región son los siguientes. Cuando uno
sueña que gana dinero, por ejemplo, al “bingo”,
es presagio de la pérdida de algún amigo.
La muer embarazada que sueña con pavos reales o aves bellas tendrá un
hijo hermoso.
Soñar con ratones es tener enemigos ocultos; si se sueña con cisnes es
vaticinio de disgustos familiares; con cuervos, peligro de muerte, y con
tórtolas, armonía y amor.
Ver el arco iris hacia Occidente, felicidad para los ricos y si es
hacia Oriente, felicidad para los pobres. Soñar con que se nos cae un diente es
anuncio de muerte para el soñador o un pariente cercano.
El ser condenado a la pena capital es vaticinado de éxito en los
negocios; si se ven máscaras, traiciones próximas. El que sueña ser enterrado
vivo es que le aguarda la pobreza. Soñar con coronas de oro, augura altos
honores y si son de plata, salud.
El ver caer estrellas presagia disgustos en cantidad; si en el sueño
se ven el sol y la luna juntos, son presagios de hambres y guerras. Finalmente,
si se sueña tres noches la misma cosa, es señal de que se realizará lo soñado.
Diario HOY, 2 de enero de 1983
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