domingo, 10 de septiembre de 2017

El incomprensible mundo de las finanzas


Tengo que comenzar diciendo que yo no entiendo una palabra de finanzas, ni de las razones que mueven todo ese mundo, de las inversiones, tantos por cientos, subidas y bajadas de la bolsa, amortizaciones, etc., etc.
Tengo para mi, aunque a lo mejor me equivoco, que la moral que mueve ese mundo de las finanzas es distinta de la que mueve las relaciones normales del hombre de la calle. No digo que una sea mejor que la otra, sino que son códigos distintos y lo que para mi puede ser bueno o normal, en el mundo de las finanzas podría supoer un fracaso técnico en la gestión de esos hombres —a los que yo admiro tanto por no entenderlos— tienen entre sus manos.
Aclarada esa supina ignorancia mía, paso a contar lo que a mi particularmente me ha suscitado todo ese lío armado alrededor de la noticia de la intervención por el Banco de España de la Caja de Ahorros de Cáceres. Se dice en las notas dadas que viene “motivada por una concentración de riesgos en muy pocas personas y que, en cierta medida, podría hacer peligrar su pasivo (el de la Caja), que alcanza en estos momentos 24.000 millones de pesetas”. Se agrega también que afectaba a unos créditos dados a la empresa CONALSA, de Coria, que entre otras cosas sufrió una riada y da de comer, en sus puestos de trabajo, a un montón de familias cacereñas.
Yo deduzco de todo esto —aparte de que haya otros préstamos o créditos no cobrados dentro del código estricto que rige las finanzas—, dicho en frase llana, para que yo y otros como yo lo entiendan, que lo que ha pasado es que la Caja ha puesto por encima de su función estrictamente financiera su función social y, para entendernos, no ha apretado las clavijas de devolución de este y algunos préstamos más del mismo tipo, a unas empresas cacereñas que andaban en dificultades, quizás por entender que éstas lograrían solucionarlas dándoles un mayor margen para cumplir, quizás —digo yo— por pensar en que apretarlas, provocando su cierre, aumentaría el ya alarmante pro que en la provincia existe
De ser así las cosas, como yo imagino, saltándome a la torera el código financiero, quiero felicitar a la  Caja de Cáceres por lo hecho, y hacerme la composición de lugar siguiente: Si yo, sin un duro, perdono a mis acreedores o les renuevo la confianza, por aquello del Padrenuestro… ¿por qué no puede hacerlo la Caja, con 24.000 millones?
Diario HOY, 31 de diciembre de 1982

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