Creo que es de justicia felicitar públicamente al concejal delegado de
Cultura, Ferias y Fiestas, José Blanco Rodríguez. Además no tengo empacho en
decir que Pepe Blanco es amigo mío, aunque a alguien podrá parecerle esto como aquello
que estuvo tan de moda de “los bombos
mutuos”, pero se equivocaría el mal pensado, por la razón de que cuando,
por no exponernos a esa calificación, dejáramos de encomiar a un amigo que lo
está haciendo bien, sólo por el hecho de ser amigo, estaríamos faltando a la
verdad. Aparte, claro es, de que en los “bombos
mutuos” suele haber contrapartida y yo, al decir lo que voy a decir, no
espero contrapartida alguna.
Dicho esto, para aclaración de malasangres, tengo que reconocer como
reconocen hoy día muchos cacereños, que el tal concejal, en la parcela que le
tocó, lo ha venido haciendo bien al menos en un aspecto muy encomiable como el
de tratar de resucitar las casi perdidas tradiciones de nuestro pueblo y, lo
que es más, con el acierto de que el pueblo ha respondido a ellas El que no lo
piense así sólo tendría que darse una vuelta por las llamadas “vaquillas del aguardiente” que se hacen
todas las ferias, con una participación masiva de la juventud, que llena hasta
la bandera la plaza de toros.
Pepe Blanco ha tenido el acierto de resucitar estas costumbres perdidas,
pero sobre todo el que en esa resurrección ha participado y participa el pueblo.
Ahora, en esta época de Navidad, ha tenido el acierto de involucrar en
ellas a las barriadas que vienen respondiendo con la vuelta a esas tradiciones,
sencillas si se quiere, pero que estaban olvidadas, como podría ser: los
concursos de belenes, el “día de las
migas” que ha sido un éxito completo de participación, el animar con música
y grupos los belenes y motivos hechos en ellos, el volver a animar a los más jóvenes
en la participación de grupos navideños que cantan villancicos y se divierten
de una manera más sana de la que lo hacían.
Índice de lo que decimos, en cuanto a lo navideño, puede ser el que
mediante un pequeño estímulo de premios y ayudas, doce barriadas cacereñas han
hecho sus belenes a cual más bonito, y aún en el concurso particular hay ya más
de trece personas y entidades inscritas en el mismo, aunque el premio sea casi
solamente simbólico. En definitiva que, Pepe Blanco, sabe tocar la fibra sensible
de nuestro pueblo, y esto hay que decirlo… aunque sea amigo mío.
Diario HOY, 22 de diciembre de 1982
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