martes, 12 de septiembre de 2017

Justificaciones y sequía


Hubo una época del gobierno de Franco, que ya es historia, cuando estaban las cosas difíciles, que se dice comenzaba casi todos sus discursos con la siguiente muletilla: “Españoles, después de tres años de guerra, dos de postguerra y dos de pertinaz sequía…”, para seguir tras de esta justificación que pedía comprensión y sacrificio al pueblo, al verdadero contenido de lo que hubiera de decir. Pues bien, alguien, viendo que las cosas se están poniendo igualmente difíciles, habla de proponer a Felipe González, que ha comenzado a hablar ya de las “dificultades económicas y la situación heredada”, inicie sus discursos de modo parecido, que podría ser:
—“Españoles, después de cuarenta años de dictadura, siete de gobierno de UCD y dos de pertinaz sequía…” y queden de este modo justificadas las medidas impopulares que su gobierno —por las razones que sea que yo no las discuto— viene tomando.
Lo malo de esa justificación es que en esos cuarenta años pasamos de la alpargata al seiscientos, aunque les pese a algunos; que en los otros siete fue UCD la verdadera autora de un cambio que asombró al mundo entero, cual fue el pasar de la dictadura a la democracia, sin traumas, lo que es bastante más cambio que el que pueda hacer el PSOE, aunque lo cacaree a los cuatro vientos como muletilla, dándose además la circunstancia de que en ese “cambio” sí estuvo de acuerdo el pueblo, o la mayoría de él.
Nos queda por tanto, solamente como justificación, la pertinaz sequía que, como entonces, está causando estragos en nuestro pueblo y amenaza con su pertinacia a no abandonarnos en mucho tiempo, porque cuando lo trató de hacer lo hizo con el dolor de las inundaciones de Levante, y para nada, porque la sequía continúa instalada sin que se vea el final de ella.
A estas consecuencias quería llegar a parar, porque parece ser que, una de las cuencas más afectadas por esta sequía es precisamente la del Tajo, hasta el punto de que se está tratando de una posible suspensión del trasvase de aguas al Segura si el asunto no se arregla. A uno le extraña que, teniendo políticos que cobran tanto, no se informe a nuestro pueblo de Extremadura de esto que le interesa sobre todo y de cómo el agua trasvasada sirve para urbanizaciones y otros negocios y no para lo contemplado en la ley de trasvase, cuando por aquí la escaseamos.
Diario HOY, 12 de enero de 1983

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