sábado, 9 de septiembre de 2017

La Ciudad Deportiva surgió de chiripa


Hay hechos relativamente recientes de los que nos olvidamos totalmente y, como quien dice, acaban de ocurrir. Entre ellos podríamos recordar uno de no hace tantos años relacionado con los baños en las playas, marítimas o fluviales, o en las propias piscinas cuando nos obligaban poco menos que a vestirnos de buzos para poder tomar un baño o estar en los alrededores de estos sitios refrescantes, porque la censura era muy estricta y pudibunda.
Cierto que en España somos celestiales —como diría mi buen amigo Víctor Gerardo Camino— y pasamos, casi sin transición, de ser pecado social el contemplar un ombligo al “streaker”, que es pasearse como a uno le trajeron al mundo. Pero como aquí nos vamos de extremo a extremo, ello no quita para que, cuando menos lo pensemos, pasemos a sufrir otras censuras como las que dicen impone en Irán  el ayatolhá Jomeini.
Prueba de lo que digo es que, siendo niño, conocí la primera piscina que se hizo en Cáceres en plena República. La hizo el Club Deportivo Cacereño en el Espíritu Santo y luego se la conoció como “Piscina del Frente de Juventudes”, porque se requisó para él. Pues bien en esa piscina, y entonces, se bañaban juntos hombres y mujeres, pero al llegar el Movimiento hubo separación de sexos y la piscina quedó solo para varones.
Más tarde surgió la creación de la Ciudad Deportiva Sindical, con su complejo de piscinas, ciudad que pienso se hizo de chiripa por lo que voy a explicar: Se pensó en piscinas y hubo que hacer dos: una para hombres y otra para mujeres. Antes, con una sola piscina había que repartir los días de baño entre los sexos. Surgió después el hacer una piscina para niños, pero como no podían estar con las niñas, hubo que hacer dos, y lo mismo pasó con las pistas de tenis, de patinaje, gimnasio, etc., con lo que, sin darnos cuenta, nos encontramos con una verdadera ciudad deportiva que, de no haber existido la censura, se hubiera quedado en una simple piscina y alguna pista más para ambos sexos, razón que me hace pensar que la ciudad deportiva surgió de chiripa.
De lo que podemos deducir aquello de “no hay mal que por bien no venga”. Es más, aun hoy día, se siguen conociendo las dos piscinas grandes de ella como piscina de los hombres y piscina de las mujeres.
Diario HOY, 18 de diciembre de 1982

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