Soliviantadillos andan los conductores de vehículos, infractores
habituales algunos de ellos y poco amigos de pagar las multas —al menos
municipales— que en algún caso van acumulando, como si trataran de empapelar
alguna habitación con ellas. Algunos se confiesan, como los cosacos del Kazán,
amigos del deber… y no pagar, aunque dicho sea de paso, estos agobios de
impagados de multas municipales son más de las grandes poblaciones que en las
pequeñas, donde por eso de conocernos todos las multas se acaban pagando.
No obstante nuestro Ayuntamiento también tiene un porrón de ellas sin
pagar, aunque ayer en la Alcaldía no supieron darme el monto aproximado que
sumarán todas ellas, pero haberlas “hailas”.
Los ayuntamientos socialistas, por aquello de arreglarlo todo de
golpe, están revisando todo lo legislado en este sentido —como hace el Ayuntamiento
de Madrid— para que estos impagados se hagan efectivos a “trancas y barrancas” y como sea. Estas cosas trascienden y también
el infractor cacereños —aunque más modesto—
se encuentra alarmado por las decisiones ejemplares que en ese sentido
pueda tomar el Ayuntamiento de la capital de este país, que antes se llamaba
España.
También hay que decir que algunos ayuntamientos se exceden en lo de
poner multas, y en este sentido yo tengo una experiencia personal, ya que hace
tiempo recibí la comunicación de una que se había impuesto a mi coche en Jaén,
donde ni mi coche ni yo hemos estado nunca, lo que tuve que demostrar con todo
lujo de detalles… Pero en fin, que no es este el caso.
Lo que sí es cierto es que esto es tema de conversación ciudadana, y
en este sentido cuento lo que nos contaba ayer mismo un entendido en la
materia, hablando de las posibles retiradas de carnet, a cuenta de los impagos.
Según este amigo, y yo me lo creo, lo que sí contempla la ley es que
un infractor reiterado, en infracciones peligrosas para la vida de los demás,
que en el año haya hecho más de seis infracciones de este tipo, puede verse privado
del carnet durante seis meses, y ello aparte de que pague o no pague las
multas, porque el pago de ellas no evita que dicho conductor sea un peligro público
para el resto de los ciudadanos, que es lo que viene a sancionar esa ley y no
el impago de las multas. Esto es, si se quiere, una opinión, pero que tiene más
lógica que todo el miedo que están metiendo para que la gente “se retrate”.
Diario HOY, 16 de enero de 1983
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