Como otras muchas empresas de progreso, la aparición en España del
ferrocarril fue por iniciativa privada y no estatal. Pequeñas compañías de
ferrocarril, para trazar determinadas líneas, aportaron capital privado y así
fueron surgiendo las primeras redes de ferrocarriles españoles. Aún las líneas
de tipo internacional fueron también de iniciativa privada y entre ellas las de
Madrid-Cáceres-Portugal (M.C.P.) y otras diversas, como lo fueron líneas muy
rentables y sonadas como la de Madrid-Zaragoza-Alicante (M.Z.A.), etc.
Quiere decir esto que todo comenzó como la mayoría de las empresas trascendentes, no de los
poderes públicos, sino de los capitales y empresas privadas que, lógicamente,
buscaban su lucro.
En fin, yo no quiero entrar en la historia de los ferrocarriles, sino
decir que este gran invento para su tiempo lo trajeron los particulares y como
tales empresas particulares funcionaron hasta que todas las redes se estatalizaron
y se creó la RENFE, que fue un invento posterior al de la iniciativa privada.
Pienso yo que, cuando aquellas compañías particulares funcionaron como tales, debería
ser porque las líneas les eran rentables, con lo que los españoles nos arreglamos
sin las zozobras actuales y regresivas de quedarnos sin tramos de ferrocarril
que cumplieron durante más de un siglo una función social y que fueron rentables
en otras manos que no son las de ahora.
Vistas así las cosas, quizás con una visión simplista, la poca
rentabilidad de la RENFE debe achacarse a su mala gestión, más que a los
excesos de tramos no rentables, si es que lo fueron en tiempos.
En definitiva, que si la RENFE “no
puede con el bocado”, ¿por qué no lo dejó como estaba en aquel entonces en
manos de la iniciativa particular?
Diario HOY, 30 de agosto de 1984
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