En lo de las gestiones municipales, nuestro Ayuntamiento tiene
arranques de caballo andaluz y paradas de borrico manchego y ahora, en lo que a
la recepción de la televisión en la ciudad se refiere, estamos en una de esas
paradas. Cierto es que los ayuntamientos cambian y unos gestionan mejor que
otros, pero para el vecino estas cosas no cuentan, sino el que algo que estaba
bien antes ahora no lo está y no hay forma de arreglarlo, por mucho que se
proteste.
Viene lo dicho a cuento de que hace veintitantos días, en la parte
baja de la ciudad no puede verse el segundo canal de televisión, para el que se
instaló el poste repetidor de “Peñarredonda”, que con el Ayuntamiento anterior
funcionó a las mil maravillas y que con el actual no funciona. “Bueno, ¿pero eso será cosa de televisión?”,
dirá alguno. En efecto, es cosa de televisión el arreglarlo, pero el gestor
ante Televisión es el Ayuntamiento, que es el que debe informar allí de que eso
no funciona; de no ser así, malamente se enterará Televisión y malamente se
ocupará de arreglarlo.
Con el Ayuntamiento anterior todas estas cosas se subsanaron, porque
había un concejal encargado de recibir esas quejas del vecindario y él (que
tenía unos números de teléfonos directos con el Ente) daba un telefonazo
diciendo lo que ocurría y al día siguiente venía un técnico de Madrid a
arreglar la deficiencia. Tan es así, que se habló de nombrar un conservador
local, pero Televisión prefirió este sistema del telefonazo que dio magníficos
resultados durante el periodo que aquel Ayuntamiento tuvo el mando de la cosa
pública local. Ahora, según tenemos entendido, no existe tal concejal encargado
de estas gestiones y hasta se han perdido los números de teléfono que él
utilizaba.
Como ven, son pequeñas cositas que se abandonan y que producen el
cabreo de una parte de la ciudad que no sabe a quién dirigirse.
Diario HOY, 11 de septiembre de 1984
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.