Va a cerrarse por unos días esta “ventana”, porque el ventanero tiene
derecho a unas vacaciones Pero como el tema está en candelero, antes de
pronunciar el “¡Hasta pronto!” no
puedo por menos de dar mi punto de vista en las declaraciones que nuestro
consejero de Transportes, José Luis Torres, ha hecho sobre el lío del
ferrocarril: “No se quitarán trenes en
Extremadura” —dice—, para agregar a continuación: “Antes del uno de enero de 1986”.
Pienso yo que si esa es toda la gestión que nos puede ofrecer dicho
consejero, bien poca cosa es. El condenado a muerte —como en este caso son esas
líneas de Extremadura— no disfruta con que se le retrase la sentencia, sino con
el que se le anule, y si todo lo que puede ofrecer el consejero es un retraso,
es confesar una impotencia de gestión que no acabamos de comprender. De todos
modos, cuando UGT comenzó su protesta —que también la hizo, aunque luego no se
haya sumado al bloque de oposición— yo tuve una conversación con José Luis
Torres, que me confesó que él había orientado su gestión en el sentido de que
no se levantaran los raíles de las líneas a suprimir. Me asombró la salida,
porque el conseguir solo el que los raíles permanezcan sin servicio es tragar
con el primer paso del expolio que, en el segundo caso, podría llevar aparejado
la desaparición de los raíles, porque sin servicio, ustedes me dirán para qué
sirven. Tampoco vale el decir que los viajeros viajarán en autobús, porque
igualmente es tragar con la supresión que es a la que nos oponemos todos,
aunque el consejero no acabe de comprenderlo.
Por otra parte no me explico el nerviosismo de los socialistas, porque
las fuerzas de oposición empleen la misma demagogia que ellos cuando estaban en
esa circunstancia. Este es el juego democrático y cuando alguien lo hace mal
hay que decírselo sin más rodeos.
Diario HOY, 14 de septiembre de 1984
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