El descubrimiento lo hizo el alcalde de Madrid, el viejo profesor don
Enrique Tierno Galván, que como es muy dado al hablar ampuloso de nuestra época
imperial, de cuando en el Madrid clásico se lanceaban toros, y tiene conocimientos
históricos sobre el asunto, comenzó a dar bandos en un precioso castellano
antiguo, que son una verdadera delicia para el oído y que encajan con nuestra
mejor tradición edilicia, de cuando el alcalde y el corregidor usaban gola (de
lo que viene el llamar a esta forma de expresar “hablar en golado”). Pero el asunto es, aunque obsoleto, bonito y ha
tomado carta de naturaleza entre nuestros socialistas tradicionales. Yo tengo que
confesar que más de una vez he leído y releído los bandos del viejo profesor
que son verdaderas piezas de museo.
Lo malo de esto es que el alcalde socialista que se precie de ello, ha
visto la necesidad de seguir por esos derroteros, y así, el alcalde de Mérida,
nuestra capital política regional, ha lanzado un bando de este estilo invitando
al vecindario a que enjalbegue y adecente sus fachadas usando también un bello
decir antiguo, que he admirado, pero que creo tiene sus peligros para otras
ciudades que se verán en la necesidad de imitar el estilo de la antigua “fabla”. Me imagino en el brete que todo
esto pone a nuestro alcalde en funciones, señor Machuca, o al señor Rubio, que
va a sustituirle dentro de unos días, o al propio alcalde titular, Juan
Iglesias, cuando se incorpore, buscando algún diccionario de frases antiguas
para verter en él sus bandos: “El alcalde
constitucional de la villa y ciudad de Cáceres, por la gracia de Dios, y la
mayoría e votos, hace saber a sus convecinos; nobles, pecheros y menestrales,
que para el buen gobierno y mayor aprovechamiento de la cosa pública, etc.,
etc.” ¿Ustedes lo imaginan?
Diario HOY, 14 de agosto de 1984
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