Pienso yo que cuando el famoso médico de Logrosán Juan Sorapán de
Rieros, que vivió del siglo XVI al XVII, puso la “Medicina en proverbios vulgares”, no hizo más que llevar la
sabiduría tradicional de nuestro pueblo a esta rama del saber. Nuestro pueblo
ha sido muy dado a sintetizar en refranes o proverbios, la sabiduría adquirida
con los siglos quizás en el deseo de que fuera fácil aprender “en verso” la experiencia de un saber de
siglos.
Todavía en nuestros pueblos hay este tipo de saberes sintetizados que
te dan conocimientos sobre muchas cosas de la propia Naturaleza. Por ello, a modo
de entretenimiento veraniego, les voy a informar de uno de estos proverbios que
en la zona de Campo Arañuelo sigue siendo común entre los cazadores y las gentes
del campo, para conocer lo que viven las
especies domésticas de animales y el propio hombre, o sea la longevidad de las
especies más allegadas al hombre.
Dice este proverbio popular: “Dos
años vive un milano, cuatro milanos un perro, cuatro perros un caballo y dos
caballos un dueño”, lo que quiere decir, si hacemos el cómputo, que el
perro vive unos ocho años, el caballo 32 y el hombre 64. El refrán es antiguo y
tradicional y por tanto no contiene la certeza que tenía para su tiempo, ya que
la vida media del hombre se ha alargado en los últimos años y hoy día los 64
años de vida que le da el refrán son realmente pocos, pero para los restos de
las especies citadas las cifras valen, excepto para el milano que, a mi modo de
ver, se toma como unidad para que sierva a las demás especies de medida, pero
sin ánimo de “sentar cátedra” sobre
la vida del milano —ave no doméstica— cuya vida importaba poco. En definitiva,
es un modo de sabiduría del pueblo que de algún modo hay que recoger, aunque
sea como simple entretenimiento.
Diario HOY, 4 de agosto de 1984
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