Hoy vamos a dedicar la ventana a algunas noticias históricas, en
divulgación de una tradición que suele ofender a los corianos y que, a mi modo
de ver, no entraña motivos suficientes para la ofensa. Se trata del “Bobo de Coria”, retratado por el insigne
pintor Velázquez y cuyo mote ha servido para una generalización que ofende, sin
motivos, a algunos de los habitantes de nuestra ciudad episcopal.
¿Quién era el Bobo de Coria y por qué lo retrató Velázquez? Diremos que el Bobo de Coria, no tenía con
dicha ciudad más vinculación que la de su origen, que tampoco queda muy claro,
pero sobre el que han hecho especulaciones y trabajos gentes tan importantes
como el propio doctor Marañón, que le estudia como un caso de cretinismo
procedente de las Hurdes, de cuya comarca era cabeza Coria, y que por aquel
entonces padecía enfermedades como el bocio y cretinismo por una serie de circunstancias que no vamos a estudiar aquí,
pero que fueron ciertas.
El nombre de este bufón era el de don Francisco Calabazas, así con don
y todo figura en los documentos, pero se le llamó Calabacillas y, al parecer,
estaba al servicio del Infante don Fernando y pasó en julio de 1632, al del rey
Felipe IV, con 96.894 maravedíes
de sueldo y una mula y acémila para las jornadas.
El nombre de “Bobo de Coria”
no se le da hasta el año 1794, en que en los inventarios el cuadro figura con dicho
nombre. Al parecer fue llevado a Madrid por el duque de Alba, señor de Coria, y
de esa procedencia viene la designación. El porqué lo pintó Velázquez tiene la
respuesta de que parece ser que por encargo del rey, aunque hay que estimar que
era la época literaria de los pícaros y marginados, en la que se vio inmersa
también la pintura por lo que el pintor sólo hizo seguir el gusto de la época.
Diario HOY, 18 de noviembre de 1984
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