La mitad de nuestra corporación municipal, con el alcalde a la cabeza,
se nos han marchado a Francia, en lo que se llama primera visita oficial de la
corporación cacereña a la ciudad hermana de la Roche – sur – Yon, con la que
estamos hermanados —o jumelados, que así se dice en francés, aunque suene a
taco— desde 1982. Han ido concejales de todos los grupos políticos que forman
la corporación y en la proporción que éstos figuran. Es la primera visita
oficial, aunque hubo otras de anteriores corporaciones y en más o menos
solitario, de la actual o algunos miembros de ella.
Algún cacereño ha comentado el viaje en sentido negativo: “Tras de que hacen poco aquí, ahora se nos
marchan a Francia”, pero yo no estoy de acuerdo con ese cacereño, porque
pienso que lo que necesita nuestra Corporación, y nuestros ediles, es viajar y
conocer cómo tienen montadas las cosas en otros ayuntamientos para volcar esas
experiencias en el nuestro. Esto decía Juan Iglesia en su marcha, refiriéndose
a visitar unas plantas depuradoras de aguas residuales, que allí funcionan muy
bien. Es más, puede hasta aprovechar
para ver cómo solucionaron allí el problema de los lecheros, el de los
mercados y tantos otros que esperan solución y sobre los que cualquier luz es
buena. Ello aparte de que se diviertan, cosa que estas invitaciones llevan
implícito y en lo que no debemos ser cicateros los que nos quedamos.
En lo único que no estoy de acuerdo, no sólo en este viaje sino en
otros del alcalde, es que cuando él se marcha se pare la vida municipal porque
quien le sustituye no se atreve a tomar decisiones y todo lo deja para cuando
él regrese. Ese es un fallo técnico, porque las corporaciones deben seguir
funcionando aunque falten algunos de sus miembros tan calificados como el propio
alcalde. No hacerlo así es volver al personalismo que tanto hemos criticado.
Diario HOY, 21 de noviembre de 1984
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.