La Caja de Ahorros de Cáceres ha montado un interesante ciclo de
conferencias basado, no sé si intencionadamente —sospecho que sí— en el papel
actual de la mujer en nuestra vida privada y pública y para ello viene ofreciendo
su cátedra de cultura a destacadas intelectuales de la vida española: Carmen
Conde, Pilar Narvión, etc., a las que bien merece la pena oír y, sobre todo,
que las oigan nuestras mujeres, principalmente las que siguen abogando por un
feminismo ya pasado de moda, porque la función de los sexos es construir juntos
y no luchar uno con otro.
En fin, aparte de ello, a lo que quería referirme es a una frase dicha
(en la entrevista que con ella realizamos) por la académica doña Carmen Conde
referida a que nuestros locutores de los grandes medios y nuestros políticos
son los que más desconocen el idioma y
los peor hablados dando un ejemplo destructor del mismo —el idioma—, ya que son
hombres públicos que hablan a grandes masas de oyentes y los confunden y
equivocan con sus propias equivocaciones. “Es
este un problema de escuela primaria”, afirmaba doña Carmen Conde y estamos
tan de acuerdo con ella que no tenemos más que agregar sino decir que es cierto
y que ello deberíamos tratar de corregirlo los españoles, sobre todo los que
tienen la responsabilidad de bien hablar, desde ahora mismo.
Da pena ver que los hispanoamericanos destacados, políticos y
escritores, nos dan ciento y raya en el idioma que les llevamos nosotros y a su
lado ver a nuestros hombres públicos, o universitarios, hablando un español
balbuciente y medio “cheli” en
cualquier acto público en el que intervienen. Pienso también que lo importante
en los políticos es la eficacia, pero la palabra es un medio que no deben
abandonar y si no poseen el medio, menos han de poseer la eficacia que les
exigimos.
La cosa creo que es para meditarla.
Diario HOY, 10 de octubre de 1984
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.