miércoles, 15 de noviembre de 2017

El soneto de catorce poetas


(Incluida en el libro “Ventanas a la Ciudad”)
Sólo a título de curiosidad y para que no se pierda, voy a hablarles a ustedes de un soneto, improvisado al lado mismo del famoso puente de Alcántara, realizado por catorce poetas que asistían a una de las primeras “Asambleas de Estudios Extremeños” que se celebraban en Cáceres y que solían reunir a los mejores poetas y escritores nacionales de aquel entonces que, con los estudiosos locales, convivían durante una serie de jornadas hablando de lo divino y de lo humano.
Fui testigo presencial del hecho y creo que sucedió en la “II Asamblea” de este tipo que debió celebrarse un día del año 1949.
La mayoría de estos poetas han fallecido ya, por lo que es más lógico el deseo de que esta obra conjunta, aunque sea un soneto, perviva y sea conocida de ustedes. Creo que la ocurrencia fue del conde de Canilleros, que lo propuso a otros trece poetas asistentes al pie mismo del puente de Alcántara, y hasta se sorteó el orden de intervención, ya que cada uno había de hacer un verso. Lo que parecía iba a ser algo sin mucho sentido ni rima, dio como resultado un precioso y original soneto al célebre puente.
Para que ustedes lo puedan estimar en todo su valor, pondremos entre paréntesis, al principio de cada verso, el nombre del autor y a continuación el verso realizado por él.
 (Terrón Albarrán)                ¡Qué rabia de granito en oleaje!
(Delgado-Fernández)            ¡Qué murallón dentado sobre el río!
(Delgado Valhondo)              Se incendia soledad de escalofrío,
(Perera)                               asombro del abismo y del paisaje.
(Canal)                                ¡Qué brida, sujetando el abordaje,
(López Martínez)                  para domar el ímpetu bravío!
(Rodríguez-Moñino)              ¡Oh, quilla penetrante de navío,
(Zoido)                                rompiendo en amplio fleco el espumaje!
(Bravo)                                Todo ante ti se desdibuja y mengua.
(Romero)                             Quiero cantarte con sublime lengua
(Vega)                                 tu eternidad titánica y silente.
(Pacheco)                            Eres pincel de piedra que en tu monte
(Conde de Canilleros)           haces vivir ensueños de horizonte
(Cossio)                               bajo los arcos graves de la frente.
Diario HOY, 26 de julio de 1984

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