Con blandenguería no se soluciona la delincuencia y de un tiempo a
esta parte estamos asistiendo a lo que nosotros pensamos que es una blandenguería
de este tipo, mientras no se nos demuestre lo contrario. Resulta que ahora en
las notas que nos facilita el Gobierno Civil, sobre asuntos delictivos
importantes no se nos proporcionan más que las iniciales de los delincuentes,
aunque sean delincuentes habituales con un largo historial a sus espaldas, pero
sí se nos proporcionan los datos completos de los perjudicados.
Antes, esto de las iniciales, se hacía sólo con los menores con un
deseo lógico de no avergonzarlos públicamente en lo que podía ser su primer
incidente con la policía y en alguna ocasión realizado por inmadurez y en
espera de su reforma. Ahora comienza a hacerse también con los delincuentes
maduros y habituales.
Por no ir más lejos se nos proporcionó el atraco a una anciana en su
domicilio, doña Andrea Núñez Ramos, de 82 años, a las que dos desalmados, tras
forzar la puerta del piso, la amordazaron, la arrastraron al interior del domicilio
“de forma hostil y agresiva” —dice la
nota oficial— y la robaron, aparte de amenazarla si decía algo a la Policía,
Pues bien, de estos dos desalmados se dan solo las iniciales; R.J.C. y M.AG.C.,
aunque se agrega que “el primero parece
ser un delincuente habitual, detenido en varias ocasiones por atraco a mano
armada y tráfico y consumo de drogas”. Pensamos que la avergonzada es la
anciana, cuyo nombre se da, mientras se silencia el de los desalmados atracadores
y nos preguntamos: ¿A dónde conduce esta beatería blandengue de nuestras
autoridades responsables?, para no poder sacar, al menos, sus nombres a la vergüenza
pública, sabiendo que son reiterados delincuentes que carecen de vergüenza
alguna, a juzgar por los delitos que cometen.
Yo confieso que no acabo de entenderlo.
Diario HOY, 11 de octubre de 1984
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